Capítulo V: 5 meses- Fotografias

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¡Eso fue jugar sucio!

No lo creo.

¡Claro que sí, abogado del diablo!

Sam no podía sentirse más honrado con ese cumplido, aunque la única evidencia fueran las comisuras de sus labios levemente levantadas. Estaba en los juzgados de Nueva York con mucha gente a su alrededor, esperando de pie en una esquina del salón de espera para entrar en juicio. No podía simplemente andar sonriendo con el celular en la oreja pareciendo idiota. Bien le valdría cacahuate de ser en su propio edificio, pero ahí donde los cuervos abundan, mejor ahorrarse conversaciones innecesarias.

Aunque Gabriel con su berrinche, imaginándolo con su labio inferior tembloroso por la rabieta, era una misión casi imposible de lograr. Suspiró con fingido arrepentimiento y gran exageración.

— Gabe, podemos establecer una tregua si gustas.

¡Nunca!

Créeme, tengo mejores ideas para seguir jugando.

Sam nunca se consideró así mismo como un pervertido, ni ha necesitado del sexo con tremenda urgencia como la mayoría de las personas a su edad. Él tenía la clara idea de que mantenía su bragueta bajo control, pero eso jamás quiso decir que él fuera de palo, ni óbviese el hecho de que su novio fuese la tentación con patas.

Aunque llevaban cuatro meses y seguía su cama fría. Hmm, no se había puesto a pensar en eso.

No eres el mismo alce inocente devorador de ensaladas que robó mi corazón. Me lo has cambiado por aliens que de seguro lo tienen de rehén y bailando canciones disco.

Sam giró los ojos ante el lloriqueo del reportero, que estaba siendo una completa escenita de niño chiquito al que le quitas su osito favorito. Creó que te estas dejando llevar por el drama.

Confiesa, ¿quién ha sido tu maestro en las fuerzas oscuras?

Sam tragó en seco y se quedó sin repuesta alguna que ofrecer. Su gran maestro fue la misma persona a la que ha estado ignorando con años, y obviamente de él aprendió bromas mucho peores aunque también otras demasiado infantiles, pero no podía contestar eso. Aún no estaba ni remotamente pensable contarle al reportero sobre Dean y su niñez.

Sin embargo esa pregunta Gabriel no la hizo con intención de incomodarlo, así que no podía él arruinar la charla tan amena que tenía antes. Debía pensar otra cosa y controlarse.

— ¿Acabas de usar una referencia de Star Wars?

A veces las utilizo — Gabriel tras el celular parece no haberse dado cuenta de aquel pequeño desliz —; No me digas que es la primera que has captado.

No soy fanático.

Aquí es donde me pregunto, ¿qué te vi?

El rolex en mi muñeca.

¡Bingo!

Gabriel rio tras la línea y Sam se volvió a sentir respectivamente tranquilo. Esa facha de despreocupado y de sujeto interesado era típica del reportero, siempre mencionando cuánto dinero y fama tenía Sam, aunque según el mismo, Gabriel también tenía su propia balsa llena.

Lo gracioso es que Gabriel tomara aquella actitud siendo como era, un viajero consentido de la vida pacífica y natural que sí por él fuera iría a trabajar en trajes extravagantes todos los días.

Sam, ya es hora. — Gadreel lo llamó por detrás del hombro con su típica personalidad seria, cargando con su propio maletín y con mirada penetrante.

Un toque dulce...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora