Luego de charlar un poco con Rubén, nos quedamos jugando videojuegos en mi casa por unas dos horas.
Mi barriga empezó a hacer ruidos debido al hambre.
-¿Y si vamos a almorzar a un lugar de comida rápida?- dijo el castaño.
Estaba muriendo de hambre, no me iba a negar.
-Claro- le respondí.
Ya eran las 2:30 de la tarde y estábamos en camino.
Íbamos uno al lado del otro hablando sobre cualquier estupidez que se nos ocurra.
-Rubiuh, ereh muy divertido -resoplé
Entre risas respondió -Tu también Mangel, me alegro de que nos hayamos caído bien desde el principio.
Rubius era muy buena persona y sobre todo un chico muy simpático.
No entiendo por qué en el instituto lo tratan así. La gente es gilipollas.
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Ya llevábamos caminando un buen rato, hasta que llegamos.
Entramos y Rubius buscó un lugar para sentarnos mientras yo estaba pidiendo la comida.
Se sentó en el último asiento de la izquierda alejado de las demás personas.
Mejor, no necesito que nadie me vea devorando mi hamburguesa.
-Hola joven, ¿Qué va a pedir? -dijo la bonita chica que se encontraba detrás de la pantalla de los pedidos.
-Hola, pueh, deme doh hamburguesah dobleh con patatah y doh coca-cola por favor.
-Claro, ¿Quiere agrandar las bebidas?- dijo la chica con una sonrisa en su cara y poniendo su cabello detrás de su oreja.
-Em, no graciah.- respondí
Mientras la muchacha traía mi pedido, me voltee a ver a Rubius pero no lo encontré.
Comencé a levantar mi vista un poco más entre toda la gente y logré verlo a través de la puerta cristalizada que tenía el lugar.
-Disculpe señorita, ¿Podría esperarme un momento?- le dije a la joven que ya traía el pedido en sus manos.
No se negó y decidí ir a buscar a Rubén para volvernos a adentrar en el lugar.
-Hey Rubiuh, ¿Qué ha pasado?- dije con tono preocupado, se lo encontraba fumando un cigarro parado contra la pared del lugar.
No sabía que Rubius fumara.
-Nada Mangel, solo que había mucha gente y ya me estaba agobiando, descuida. Entremos, ya estoy mejor.
Volvimos a nuestro asiento de antes y fui a buscar la bandeja con los pedidos.
-Toma Rubiuh, he pedido coca-cola, ¿Te gusta no?
-Si, gracias.
Con el hambre que tenía me deboré todo en segundos, pero Rubius pareciera no tener apetito.
Había dejado la hamburguesa por la mitad y se lo encontraba jugando con las patatas y el aderezo.
-¿No tieneh hambre? -pregunté.
-La comida no me está sentando muy bien después de lo de ayer -respondió con cara de desanimado.
-Está bien, no comah si no te apetece.- contesté y me lo quedé mirando un rato.
Su cara representaba cansancio puro. Sus ojos parecían un pozo sin fondo. Su voz se notaba cansada también.
-¿Pasa algo Mangel? -preguntó después de darse cuenta que no paraba de mirarlo.
-¿Estah cansado Rubiuh?- no temí a preguntar.
-Algo, no se que me pasa últimamente, no tengo energía para nada.
-¿Has estado comiendo bien?
Rubius me miró y el sonido su móvil interrumpió la conversación.
Se levantó para atender y se corrió un poco ya que había mucho ruido en este lugar.
Aunque esté algo lejos pude escuchar un poco de la conversación.
-Hola madre... Si, que estoy bien, me he quedado en la casa de un amigo del instituto luego de la fiesta... Uno que he conocido hace casi un mes... ¿Cuándo te irás?... Pero es mucho tiempo joder, sabes que no me gusta quedarme solo... Has lo que quieras, adiós.
Esa fue toda la conversación que tuvo.
Colgó insultando en voz baja y mirando su móvil con cara de enfadado.
-¿Estah bien Rubiuh?
-Si, no ha pasado nada.
-¿Quiereh quedarte en mi casa? -propuse.
Me miró con una expresión que decía "has escuchado toda mi puta conversación." Pero no le dí importancia.
-Gracias por preocuparte Mangel, pero no lo sé, no quiero invadir tu privacidad.
-Calla hombre, que a mi no me molesta, eh máh, mis padreh tampoco están. Tendremoh la casa para nosotroh.
-Si tu quieres. -respondió con un poco de vergüenza.
-Pueh claro que quiero, anda gilipollas, ya vamonoh de aquí.
Y ambos nos levantamos y nos fuimos caminando de ese lugar hasta la casa de Rubius para que él buscara sus cosas.