13:00 pm.
No preste atención a lo que hablaba la profesora, nunca lo hago en realidad.
-Eh, Rubén ven conmigo!- oí que me llamaban. Supe que era Mangel por su acento tan raro y dulce.
-Vale -guardo las cosas rápidamente y lo sigo hasta la salida -¿Dónde quieres ir Mangel?
-Te gusta el helado?- dice sonriendo
-Si, por supuesto- le devuelvo la sonrisa -¿Y a ti?
-Pues claro, vayamos a tomar uno- me invita-
-Está bien- digo manteniendo la sonrisa en mi rostro.
Llegamos y Mangel fue a por los helados mientras yo me quedé afuera esperando.
-¿De qué lo quiereh? -preguntó.
-De vainilla- grité.
Mangel se adentró al lugar y una muchacha rubia lo atendió.
Estaba tardando muchisímo y cuando fui a buscarlo la guarra le estaba sacando conversación mientras Mangel solo asentía. Se lo notaba incómodo.
-¿Qué pasa Mangel? ¿Vamos?
Dije furioso. La gente está para trabajar, no para querer levantarse a cualquier cliente que encuentre.
-Claro. -dijo saliendo del lugar.
Nos sentamos en un banco que había por allí y comenzamos a hablar de nuestras vidas un poco.
-¿Y qué eh de ti Rubén? Cuentame un poco anda.
-Pues, vivo solo con mi madre. A mi padre no lo conozco ni tampoco quiero hacerlo. Me cambie de instituto unas 3 veces porque se inventaban rumores estúpidos sobre mi, ya que no era muy sociable, y eso me jodía un montón. Lo siguen haciendo, pero ya aprendí a llevarlo.
-Que pena que la gente no pueda ver como en realidad ereh.- protestó mangel.
-Así es la vida ¿No?, pero bueno, tiene sus cosas malas y buenas. Entre las buenas estás tú, eres mi primer amigo en todo el año Mangel.
Mangel se quedó viendome y me sonrió.
-El primero y el mejor -resopló.
-Claro. -dije devolviendole la sonrisa.
Seguimos comiendo nuestro helado hasta que en un momento Mangel se queda viendome la boca y riendose.
-¿Qué tengo? -pregunté.
-Toda la cara llena de helado idiota -empezó a reírse a carcajadas.
Tomó unas servilletas y me comenzo a limpiar desde una comisura del labio hasta la otra.
-Eh, gracias. -dije un poco incómodo.
-Lolamento, eh que te veíah como un niño de dieh añoh. -siguió riendose, y sus mejillas comenzaron a tornarse a un color rojo.
Había olvidado todo el tiempo que estuvimos ahí, ya se había hecho de noche.
-Joder Mangel, mi madré me matará. Tengo que irme, gracias por todo y adiós.- dije levantandome.
-Descuida, adiós Rubén.- respondió
*En casa*
20:30 pm
Intento no hacer mucho ruido y corro hacia mi cuarto, por suerte mi madre dormía.
Mucho mejor así, no quiero que me pregunté por donde he estado o si ya he cenado.
Me sacó la ropa y me acuesto en bóxer.
Los días que estoy en el colegio se me hacen más divertidos y menos pesados, cuando estoy junto a Mangel
Poco a poco se me cerraron los ojos, hasta que me dormí profundamente...