— ¡Ivonne baja ya!- Gritó Elisabeth mientras bajaba las escaleras.
Ivonne acababa de coger el peine de encima de la mesita, rozando la incial que éste llevaba, fue cepillándose el pelo rápidamente. Mientras peinaba y peinaba su pelo, se iba desenrredando las puntas con sus dedos. Al finalizar, se volvió a mirar al espejo, arregló varios pelos que se habían torcido en otra dirección y acto seguido, salió corriendo a través del umbral de la puerta. Corrió escaleras abajo, entró al salón y allí estaba su familia esperándola. Todos llevaban sus mejores autendos y estaban listos para la foto familiar de aquel año. Ivonne se acercó rápidamente al lado de su hermana mayor, Elisabeth, y sonrió plácidamente a la cámara que tenía enfrente. En fracción de segundos, el flash salió disparado y por un momento todos los presentes quedaron aturtidos.
- Aquí está la foto. - Dijo el fotógrafo.
Al punto la madre se apresuró a coger la foto, en ella se podía observar una decente familia feliz. La fotografía había sido todo un éxito, remarcaba perfectamente todos los detalles de los que estaban presentes. Los adultos de la casa acompañaron al fotógrafo al recibidor, dónde le dieron las gracias y le pagaron lo debido.Mientras tanto, los niños se quedaron en el salón, Alexander -el hijo menor- llamó de un silbido al perro de la casa, Toby, un bonito coker español de color canela. Los dos se pusieron a jugar y las chicas se quedaron mirando la cómica escena. Sin querer, el perro chocó contra el armario donde reposaban todas las figuritas de porcelana de la casa y... ¡Puf! Cayeron todas al suelo causando un sonido muy estridente. La madre, Hellen, desde el recibidor oyó el ruido y su cara de felicidad se transformó en una cara de terror.Sabía perfectamente lo que aquel sonido quería decir.Apresuradamente, abandonó el lugar y fue al salón, donde encontró a Toby tendido en el suelo junto con millones y millones de trozos de porcelana alrededor. El grito que pegó la madre fue uno memorable,seguramente se hizo notar por todo el vencidario. En ese momento, el padre, Thomas, fue corriendo al salón dónde quedó atónito al ver aquel espectáculo, se podía observar a Hellen con un zapato de tacón en la mano corriendo detrás de Toby. El pobre perro corría de aquí para allá intentando escapar de aquella mujer enfandada,sabía de sobra lo que le esperaba. En un momento dado, Thomas, se interpuso delante de su mujer y esta, que no había frenado a tiempo acabó cayendo encima de él. Fue un momento que seguramente todos los presentes recordarían por muchos años y que sería contado en la noches de la reunión familiar. Elisabeth e Ivonne ayudaron a sus padres a levantarse del suelo, mientras que Alexander sacaba a Toby de la casa para evitarle una desgracia. Hellen ya sentada en el sofá,empezó a maldecir al perro, que había arruinado su gran colección de figuritas de porcelana, heredadas de su bisabuela. Thomas aseguró que le compraría nuevas figuritas para Navidad, de hecho quedaba muy poco para aquella fecha. Hellen esbozó una gran sonrisa y le plantó un tierno beso en la mejilla. Alexander sacó la lengua a modo de asco, e Ivonne le riñó con cariño.
Después de que las aguas se calmaran, todos decidieron dar un paseo por el centro de Londres. Era un día soleado para aquellos finales de otoño,todos estaban alegres, paseaban a gusto, y contaban historias y anécdotas. De repente, no muy lejos de allí se oyeron una serie de disparos. Se oyeron los gritos de la gente y el paso de varios caballos. Thomas fue corriendo a ver que pasaba, pero justo al girar la esquina recibió un fuerte balazo en el pecho. Hellen, gritó desesperadamente y comenzó a correr en dirección a él. Cuando llegó no pudo hacer nada más, allí yacía el cuerpo inerte de su marido.
Los polícias llegaron al lugar del crimen, que resultó ser un atentado.Los oficiales apartaron a la mujer de su marido y la llevaron, junto con los niños, a casa. Allí, entre sollozos Hellen llamó a sus familiares para contarles lo ocurrido. En menos de dos horas, todos los familiares se reunieron en la casa. La viuda se encontraba en su cuarto, fueron las hermanas quienes recibieron a los invitados. La abuela de ellas, la madre de su madre, subió aún con las lágrimas en la cara las escaleras y fue a consolar a su hija. Con mucho esfuerzo consiguió hacerla bajar de la cama. Cuando ya estaba acostada en el sofá dijo:
— Muchas gracias a todos por venir tan rápido, me alegra que seamos una familia unida. No puedo creer que Thomas ya no esté entre nosotros... de verdad que no puedo creerlo. - Se oyeron varios sollozos en la sala- Bueno, se trata de un atentado por lo que afirmaron los oficiales, parece ser que los terroristas eran unos alemanes procedentes del norte de Alemania. Aún no saben el por qué de este incidente pero aseguraron que investigarían el caso.
Fue una velada interminable que daría comienzo a una nueva etapa en la vida de todos ellos. Ya muy entrada la noche, los familiares fueron cogiendo sus respectivos coches rumbo a sus casas. Con mucho esfuerzo Ivonne e Elisabeth consiguieron sacar a su abuela de casa. Quería quedarse con su hija y sus nietos, pero Hellen dejó claro que quería estar sola. Al final, Hellen pensó que era mejor que por un tiempo los niños vivieran en su casa, ya que ella no tenía las fuerzas suficientes para cuidar de ellos en esos momentos. La abuela,insistió en que viniera con ellos, que no podía quedarse sola en estas situaciones. Pero fue en vano y al final se marchó solo con sus nietos y Toby. Nada de lo sucedido pintaba bien.
Hasta aquí el primer capítulo.
Espero que os haya gustado, espero vuestras opiniones.
Gracias.
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Frente El Destino
Romantik- Siempre hay una luz al final del túnel, Ivonne. - O el túnel es demasiado largo o la luz no existe -Respondí.