Vampyr (Sasosaku adaptación)

Capítulo 11: Encerrada parte 2.

Ni los personajes ni la historia me perteneces, la historia es de Carolina Andújar y los personajes de Masahi Kishimoto yo solo me dedico a hacer la adaptación por entretenimiento.

Les agradezco a las personas que hayan estado leyendo los capítulos y hayan comentado. Les pido perdón por la relativa demora en actualizar aunque ya lo tenga un poco adelantado, pero como sabrán a mi no me sobra precisamente el tiempo. Pero haré lo posible de actualizarlo así sea cada dos o tres días para que no pierdan el hilo de esta historia junto con la de 6 Romeos 1 Julieta (si no la conocen los invito a leerla), no merecen que se pierdan por mi poca presencia. Les pido perdón de ante mano por lo aburrido que tal vez les parezca este capitulo, recuerden que la historia es un poco lenta pero animo. Se puede decir que va a empezar a aparecer Sasori! pero de manera un poco indirecta.

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Capítulo 11: Encerrada parte 2.

Abrí los ojos y me encontré cara a cara con el doctor; un hombre de pelo rojo, unas ojeras pronunciadas que rodeaban su ojo, nariz puntiaguda, unas gafas redondas y un tipo de cicatriz en la frente. Sus fríos ojos no hablaban muy bien de su carácter. No habría sido una persona a quien yo me hubiese fiado. Antes que pudiera hablar el doctor ya me había revisado las piernas, el cuello y los brazos, estaba quitándome la venda.

- Tal como lo sospechábamos, es peste de rabia. La joven ha sido mordida- dijo.

- ¿Qué podemos hacer al respecto doctor?

- A juzgar por el aspecto de la mordida, el lobo debe haberla atacado ya unos tres o cuatro días. Creo que es importante que permanezca encerrada en esta habitación, puesto que la infección ya puede haberse adentrado en su cuerpo. Tendrán que administrársele un par de medicamentos heroicos varias veces al día y le aplicaremos sanguijuelas o le haremos una sangría para purificar la sangre. Trataremos de prevenir que la enfermedad le pase al resto del cuerpo cortándole el pedazo de carde del brazo donde fue mordida hace unos minutos... de todas formas, es muy importante que sobreviva. Ya se le ve muy pálida y tiene profundas ojeras.

¿Qué iba hacerme qué? Trate de pensar en alguna salida rápida de tan tenebroso asunto, pero el medico ya estaba abriendo su maletín para extraer sus implementos de tortura. Se me ocurrió que ladrar y botar babaza mientras perseguía al doctor por toda la habitación habría sido la reacción más justa y apropiada de mi parte ante sus amenazas, pero no me habría ayudado mucho a conservar mi pedacito de brazo, ni mi vida.

- ¡No señorita Samui!- grité- ¡No fue el lobo el que me ataco!

- ¡Señorita Haruno! ¡Habla!- exclamó la señorita Samui,

- ¡Claro que hablo! ¡Y no solo eso! ¡También puedo explicar qué me pasó!

Ambos se quedaron mirándome atónitos. Me pareció ver un destello de miedo en los ojos del doctor.

- No tengo peste de rabia- dije- mis carcajadas de ayer no se derivan de ninguna enfermedad. Usted me conoce señorita Samui. El hecho de saber que reír en una ocasión tan solemne pudiese ser tan grave fue lo que produjo tal reacción. No pude evitarlo. Usted sabe que no hay nada más irresistible para mí que una prohibición. Traté de contenerme con tanto esfuerzo que cuando ya no pude más perdí el control por completo.
Le diría que lo siento, pero la verdad es que no fue mi culpa. Hice hasta lo imposible por no estallar en carcajadas, pero uno no puede dejar de ser quien es. Ya sé que fue un acto espantoso; no quería ofender a nadie. No es que la muerte me haga gracia, de eso puede estar segura. Ustedes en cambio me dejaron aquí encerrada sin alimentos todo el día y ése sí es un acto de verdadera crueldad porque fue deliberado.
Es por la angustia del encierro y falta de alimentos que estoy tan pálida ¡Eso sin tener en cuenta las horribles amenazas que el doctor acaba de pronunciarme! ¡Kami-sama! ¡Ni siquiera me ha interrogado y ya ha anunciado mi muerte!