Capítulo 34: Ketsueki.

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Ni los personajes ni la historia me perteneces, la historia es de Carolina Andújar y los personajes de Masahi Kishimoto yo solo me dedico a hacer la adaptación por entretenimiento.

NOTA: Se que no merezco perdón de nadie por demorar tanto en actualizar, pero la razón es que estoy tan ocupada con la universidad que no tengo tiempo para nada, estudio de lunes a sábado de 7 am a 10 pm los seis días, pero de a poco he ido adelantando el capítulo hasta terminarlo, incluso lo hice más largo para recompensarles. Aparte que diré que intentaré actualizar UNA O DOS VECES AL MES por lo que les pido perdón de ante mano y me comprendan por favor.

Les agradezco a las personas que hayan estado leyendo los capítulos y hayan comentado. Les pido perdón por la demora en actualizar, pero como sabrán a mi no me sobra precisamente el tiempo. Pero haré lo posible de actualizarlo así sea cada una o dos veces al mes para que no pierdan el hilo de esta historia junto con la de 6 Romeos 1 Julieta (si no la conocen los invito a leerla, actualmente esta se encuentra en PAUSA), no merecen que se pierdan por mi poca presencia. Les pido perdón de ante mano por lo aburrido que tal vez les parezca este capitulo, recuerden que la historia es un poco lenta pero animo. De ahora en adelante Sasori empieza a aparecer en lo que queda de historia, sé que demoró mucho y esto esta que termina pero no es tan malo, al fin nuestro pelirrojo se presenta oficialmente!

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Capítulo 34: Ketsueki.

Sasori se puso de pie y tomó su maletín. Unos segundos después, extrajo de él una pistola que puso en mis manos, diciendo:

- No dudes en usarla contra mí. Yo no soy un inmortal como Karin, y una de estas balas consagradas bastará para acabar con mi vida. Te ruego, Sakura, que les prendas fuego a mis restos para que mi alma pueda tener descanso eterno.

Mis manos temblaban al contacto con la pistola de Sasori; no podía concebir la idea de acabar con su vida.

- Me pides demasiado -le dije, con los ojos llenos de lágrimas.

- Por favor... -dijo él, apretando con sus manos las mías, que aún acunaban el frío metal del arma.

En ese momento escuchamos movimientos provenientes de la maleza que nos rodeaba. Sasori se interpuso rápidamente entre aquello que se acercaba y yo.

- ¡Sakura! ¡Akasuna! -escuché que llamaba Temari.

- ¡Temari! -exclamé, respondiéndole.

Unos segundos después mi pequeña amiga apareció ante nosotros, acompañada por un gitano de inigualable apostura. Se veían tan hermosos juntos, tomados de las manos, que me sentí llena de la más viva emoción. Temari y Shikamaru eran uno y siempre habían sido uno; de ello no cabía la menor duda. Antes que pudiese saludarlos, Shikamaru se postró a mis pies y, abrazando mis rodillas, dijo:

- Juro por mi sangre, señora mía, que no habrá cosa que no haga por usted hasta que la madre de Cristo me extienda sus divinas manos para guiarme al paraíso. Hasta entonces, será usted la santa Virgen ante cuya bondadosa mirada me postre una y otra vez, pues me ha devuelto la vida misma al devolverme a mi Temari. Que nuestro Salvador la bendiga, señora mía, eternamente, como yo la bendigo desde ahora y para siempre, y que me permita aun cuando sea en parte pagar ésta, la más hermosa deuda que mi corazón gitano hubiese podido adquirir.

El moreno rostro del gitanillo estaba bañado en lágrimas, y no pude hacer menos que arrodillarme frente a él y, llorando a mi vez, jurarle ser su hermana de alma como ya lo era de su esposa. Sabiéndome indigna de sus fervientes palabras y profundamente conmovida por tan inmerecido agradecimiento, hube de repetirle varias veces que sólo me había ayudado a mí misma al haber sacado a Temari de casa de sus padres. Shikamaru y Temari habían desenterrado los maderos de la cruz Patriarcal que él había escondido, y los habían envuelto en una manta. Temari se los entregó a Sasori.

Vampyr (Sasosaku adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora