Capítulo 7

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El Blog personal del Dr. John H. Watson

20 de Junio

Sin título (borrador)

Si sigues este blog, sabes de lo que hablaré a continuación. Quiero asegurarme de que ustedes no tengan la versión errónea de los hechos. Me ha costado mucho volver a tomar la computadora, entrar a este blog, lleno de entradas antiguas, de recuerdos de las aventuras que él y yo vivimos.

Es doloroso ver los comentarios de los incrédulos que piensan que él era una farsa. Me estoy cansando de borrarlos de las nuevas entradas donde intento rememorar nuestros casos por los buenos tiempos. Sherlock Holmes, el prodigioso detective del gorro de cazador, el "cerebrito" Holmes, era real. Y todo lo que me dijo también. Yo lo sé. Él era mi amigo. Y me iré a la tumba sin retractarme de pensar eso por un segundo.

Él no inventó nada de lo que decía, él no le pagó a nadie para hacerlo quedar bien. Todo fue plan de Moriarty. Sí, Moriarty también fue real. Tan real como yo, tan real como ustedes. Era un demente que acosó a Sherlock durante años para divertirse. Todo empezó cuando Moriarty atracó los lugares más seguros del país ¡literalmente burló la seguridad de las joyas de la corona, el Banco de Inglaterra y la prisión Pentonville desde su maldito celular! Se dejó atrapar y amenazó al jurado. Después, corrió el chisme de que poseía un código capaz de abrir todo candado informático habido y por haber, y que Sherlock lo tenía. Lo que nos faltaba, reconocidos asesinos seriales siendo nuestros vecinos.

Pero eso no fue lo que terminó con la vida de mi amigo. Fue la difamación que vino después, fue cuando todos se volvieron en nuestra contra. Amigos desconfiaron, familia traicionó y Moriarty se hizo pasar por un tal Richard Brook.

Pero, aunque contribuyeron al problema, ellos no fueron completamente culpables de lo que ocurrió. Sólo fueron factores que influyeron, sólo peones en un plan mucho más grande. Y luego estoy yo. La viuda en duelo que recibe las condolencias. Pero la verdad es que solo fui el mal amigo que no se dio cuenta de lo que ocurría, el que... el que podía evitarlo todo y....falló.

No pensé que a Sherlock le afectaría tanto.Siempre se escondió detrás de esa fría máscara,nunca me dejó ver lo que realmente ocurría. Aunque el intentó alejarme, mi peor error fue obedecer. Debí quedarme con él, demostrarle que podíamos "combatirlo juntos", como él me dijo una vez cuando era yo quién se sentía deprimido. No puedo creer que el último día en que él estuvo con vida, yo le dije que era una máquina, cuando él fue más humano que muchos.

Todo... Todo esto se ve tan irreal. No puedo creer lo que está pasando... No quiero creerlo. Quiero pensar que el volverá, quiero pensar que aquello fue planeado, que él no está muerto. Porque su partida dejó un vacío en mi vida, un vacío que nunca podré llenar.

Pero, en este punto, he aceptado la situación (o al menos lo intento) y quiero seguir adelante. Siento que existe un yo antes de Sherlock y un yo después de él, ¿saben?, el me ayudo a salir adelante cuando lo necesitaba, y me han dicho que este blog debe seguir manteniéndose "positivo" y debo ignorar a los "trolls" o como se llamen. No puedo permitirme una recaída. Sherlock no lo hubiera querido. Tengo que enfocarme en lo bueno.

El punto es que, Sherlock Holmes me hizo una mejor persona, sin darse cuenta de que su compañía sanaba esas heridas que en el cuerpo no se ven. Y creo que, de alguna forma, el también aprendió algo de mí. "Arreglamos" las cosas que estaban mal en nosotros. Nos complementábamos perfectamente, y eso es de lo que se trata el concepto de almas gemelas. Porque él era la mía.

Si de algo me arrepiento, es de las cosas que no hicimos, las cosas que no le dije...

Hace un par de días que me mudé. No soporto estar en Baker... El santuario se convirtió en un infierno. Cada esquina, cada centímetro cuadrado del 221B me hace recordarlo, casi puedo escuchar nuestras risas, nuestras riñas, ver sus ojos profundos y sentir su tacto. Cada cosa que puede parecer insignificante, me evoca recuerdos de él. El gorro, por ejemplo... él amaba ese gorro...Pero las cosas no son personas, no muestran- ni se acercan- a mostrar lo que él era.

También están las fotos. Fotos de nuestros casos. No tengo fotos de él, no le gustaba que hiciera eso. Aunque tengo una que le tomé desprevenido. Lo sé, es tonto, pero a veces la veo por si necesito recordar su rostro...

Su presencia llegó a mi cuando estaba completamente solo, cuando necesitaba un amigo que me demostrara que el mundo no era algo absurdo. Sherlock era un buen hombre, a pesar de lo que todos digan, con un sentido único de la justicia, que salvó muchas vidas y entre ellas, la mía.

Fue la persona más sabia que conocí. Y le debo muchísimo.

Pero ahora estoy solo otra vez, naturalmente.

Sherlock, bastardo, si estás ahí, quiero que sepas que te necesito. No pido ninguna prueba, no pido ningún mensaje, solo pido que regreses a casa. Un milagro más. Por mi.

Para esto por favor.
Sólo páralo.

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