2- ¿Vives o solo respieras?

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Esa presencia era increíblemente cálida, tan cálida que pensaba que la misma estrella había bajado a consolarme. Me sequé las lágrimas con los guantes rasgados e intenté ponerme derecho sin dejar de apoyarme con los dos brazos por encima del respaldo del banco y miré. No era una estrella, pero sí relucía. Era una chica joven con tez pálida y mirada profunda la que se encontraba justo delante de mí.

-Hola. -Me dijo muy alegremente.

-Ey... ¿Nos conocemos?

-No.

Miró la cajetilla de tabaco y las varias colillas ya apagadas en el suelo.

-No deberías de fumar, resta años de vida ¿sabes?

-Si es así no me importa. -dije con la voz apagada.

-Realmente el tiempo no importa, pero sí los recuerdos.

-¿Y si no he hecho nunca nada bien?

-Bueno, ¿entonces a qué esperas? Párate a pensar en si realmente vives o solo estás respirando.

Tras decirme eso se fue. Sin más. Nuestra corta conversación me dio bastantes dolores de cabeza durante la noche. Porque me sentí identificado. No me sentía vivo, ni si quiera podía decir que estuviera viviendo. Me dedico a dormir durante el día y a pasar las noches en un banco fumando. Aunque nunca fue así. Antes de aquello yo era feliz.

Hijo mayor de un matrimonio separado por culpa de un padre que no ejerció bien su trabajo terminé los estudios con buenas notas y, aunque no tenía un trabajo decente, podía permitirme un piso el cual compartía con mi hermano pequeño. Mi hermano era lo más grande que tenía. Mi mejor amigo y mi mayor enemigo, pero siempre ha estado ahí. Pero esa alegría se esfumó cuando durante un mes tuvimos varios problemas para pagar el alquiler.

Tras varias discusiones acabé echándole de casa y se fue a vivir al piso de sus amigos. A esto se le sumó mi despido del trabajo y la recaída de la salud de mi madre, que fue ingresada en el hospital más cercano y no volví a ver debido a su estado. Solo, sentado mirando la tele, cobrando de un paro que no me merecía sobreviví durante tres meses. La desesperación derrotó al ego dentro de mí y decidí llamar a mi hermano. Para que volviera, para que me ayudara. Pasaron las semanas y no volví a contactar con él.

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