Capítulo XIII.

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18 de Julio de 2020 y es el momento de que todo cambie para siempre, solo espero que salga bien y que no haya muchas bajas.

Pasamos las trampas y conseguimos pasar los guardias, cuando estábamos apunto de matarlos se rindieron, ellos solo cumplen con su obligación y trabajo, tenían familias a las que alimentar y les convencimos para que se unieran a nosotros. Nos sirvieron de gran ayuda, no tuvimos que hackear el sistema para entrar en la torre.

Entramos y solo había dos o tres funcionarios y un par de técnicos para hacer funcionar todo aquello, me parece demasiado fácil esto, es una torre de emergencia, ¿no deberían protegerla más?

Llegamos al estudio de radio y televisión que habia allí y nos pusimos manos a la obra.

-Lo harás bien, confiamos en ti, te quiero mucho y suerte.- le dije a Pablo con un beso, sujetándole las manos, estaba nervioso.

La función había comenzado.

"¡Buenas noches, España! Permitidme que, primero, me disculpe por la interrupción. Yo, como muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotoní­a. Pero a mí, no me gusta tanto como a vosotros. Con el espí­ritu de conmemorar los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados con la muerte de alguien o el comienzo de alguna terrible y sangrienta batalla y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que podrí­amos celebrar este 18 de Julio, un día que lamentablemente ya nadie recuerda, tomándonos 5 minutos de nuestra ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco. Hay, obviamente, personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento, estarán dando órdenes por teléfono, y que hombres armados ya vienen en camino para detenernos. ¿Por qué? Porque mientras puedan utilizarán la fuerza ¿para qué el diálogo? Pero las palabras siempre conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome significado y, si se escuchan, dicen la verdad. Y la verdad es, que en este país, algo va muy mal, ¿no? Crueldad e injusticia, intolerancia y opresión. Antes tenías libertad para objetar, para pensar y decir lo que pensabas. Ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que nos coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estás buscando un culpable, sólo tienes que mirarte al espejo. ¿Por qué lo hiciste? Porque tenías miedo ¿Y quién no? Guerras, terror, enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis a los actuales líderes, la gran coalición de la que el traidor de Pedro Sánchez forma parte. Os prometieron orden, os prometieron paz. Y todo cuanto os pidieron a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión. Hace seis años quisimos transmitiros nuestra esperanza. Nuestra esperanza era hacer recordar al país que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras; son metas alcanzables. Así­ que si no abrís los ojos, si seguís­ ajenos a los crí­menes de este gobierno, entonces os sugiero que permitáis que el dieciocho de Julio pase sin pena ni gloria. Pero si veis lo que nosotros vemos, si sentís lo que nosotros sentimos y si perseguís lo que nosotros perseguimos, entonces, os pido que os unáis a nosotros­, ahora mismo, ante las puertas de la Zarzuela. Y juntos, les haremos vivir un dieciocho de Julio que jamás nadie olvidará"

Así terminaba el discurso de Pablo, se le habían saltado las lágrimas y todos estabamos llorando en silencio para no fastidiarlo todo.

Al terminar nos fuimos a la Zarzuela a derrocar a la monarquía como había propuesto Alberto y transmitido Pablo en el discurso, la monarquía era el principal problema y si nos uníamos todos contra ella sería pan comido quitar al gobierno actual de enmedio.

Hay gente con armas y antorchas, parecen tan cabreados como para hacer barbaries y sentirse bien por ellas, fuimos a las puertas como habíamos quedado y el ejército se había unido a nosotros ante el miedo, todo el pueblo unido contra cuatro pelagatos, están perdidos y llevan las de perder claramente.

El rey se había ido al exilio con su familia, el pánico y el miedo había podido con él, después fuimos a la Moncloa a quitarles de allí. Detuvimos a los tres secretarios generales de esa coalición y echamos del país a sus familias pacíficamente, hicimos que devolvieran todo lo que nos habían robado costara lo que les costara.

Pasaron los meses y poco a poco la utopía que parecía imposible de recuperar volvió a nosotros, un nuevo periodo había comenzado en la historia de España.

FIN.

Salud y RepúblicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora