Recuerdo que estaba en una habitación. Estaba solo. No había nadie más, pero recuerdo que todo era oscuro. Casi no podía ver nada, solo un objeto de luz que estaba muy bien iluminado, pero no podía ver exactamente que era. Lo intenté alcanzar. Pero mis intentos no fueron necesarios para tocarlo siquiera. Por más que alargaba la mano, el objeto no respondía y se quedaba ahí. ¿Qué clase de magia era esa? De detrás de mí se escucharon unas risas maléficas. No había nada ni nadie pero yo las oía que retumbaban por toda la habitación, era horripilantes y escalofriantes. Se me metían en mi cabeza y la recorrían entera, ese ruido llego a ser muy molesto y entonces me tape los oídos.
Recuerdo haber oído dentro de mi cabeza un « ¿Por qué te resistes? » o era más bien un «Déjame entrar en ti». Todo era tan raro. Al final no pude más y me desperté. Todo estaba en su sitio, nada en otro sitio diferente. Aun así, el sueño que había tenido me pareció demasiado extraño como para dejarlo pasar. Tal vez lo debía consultar con el Maestro, pero no lo haría. Sinceramente, fuera lo que fuera sería mejor que lo guardara en mi consciencia y allí desapareciera. Esa fue mi decisión y con esa decisión el primer gallo que cantó me despertó. No hacia especialmente un buen día. Estaba lloviendo. El cielo era gris. Un gris negro intenso. Realmente me encantaban estos días, los utilizaba para quedarme en casa jugando con el ordenador, pero hoy especialmente no quería salir de casa para la misión. Estaba cansado y muy pero que muy débil. No tenía ganas de hacer nada. «Vaya vida» – me dije a mi mismo al salir por la puerta.
Todos estaban reunidos en frente de la pastelería. No es que hubiese llegado tarde, pero tampoco especialmente pronto. El Maestro ya se había encargado de nuestra profesora, entonces podíamos ir tirando hacia el avión. Solo había hecho un viaje en avión en toda mi vida, realmente volar no era mi especialidad. Prefería navegar y surfear. O simplemente ir a la montaña a esquiar o a hacer snowboard. Era realmente bueno en mis años de juventud. Me acuerdo de cuando era pequeño, vivía en un pequeño poblado de Hokkaido. Mi antiguo maestro, un dragón azul, Seiryû, él me enseño las técnicas que se utilizar ahora, tanto a congelar como a calentar. A hacer esculturas como a atacar. A defenderse o a negociar. Él me enseño la lengua de los dragones y todo, solía decir: «Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuevo sueño». No sé nada de él. Desapareció un día. Entonces fue cuando más valoré todo lo que él me enseño de los humanos. Intenté convivir con ellos y hacer una sociedad mejor juntamente con ellos. Intente vivir una nueva historia, esta vez sin él. Me costó, pero una vez tuve suficiente dinero como para irme de Hokkaido, aproveche la oportunidad y deje mi pasado atrás. Viaje hasta la ciudad con el gremio más conocido de Japón: Kioto.
Allí el Maestro, Shun & Aki, Takuto, Tetsu y Aimi me enseñaron lo que era convivir en sociedad y tener amigos. Hasta el momento no había tenido ninguno. Por cierto, Takuto, al que antes he nombrado, es un miembro del gremio que suele viajar mucho, es posiblemente que sea el individuo solitario más fuerte, sin contar al Maestro, del gremio. Cuando yo llegué ya era fuerte, pero ahora se ha convertido aún más, hace misiones que ningún otro Majishan del gremio a parte de Shun y Aki podría hacer. El problema es que Shun y Aki no se pueden separar y eso va bien en misiones de equipo, pero para algo individual se suele pedir ayuda a Takuto. Actualmente no se sabe nada de donde reside ni a dónde está. Es el nieto del Maestro. Takuto Takayama. Cuando el Maestro muera, él adquirirá el puesto de Maestro del gremio. O eso dice él. Sin embargo, es una persona reservada y muy solitaria. Casi nunca se lo ha visto por el gremio.
Cogimos el avión, Sorato se sentó a mi lado, solo que era como tener un muerto ya que con sus auriculares no se podía hablar ni interactuar con él. Detrás de nosotros se sentaron Shun y Aki, delante de nosotros Taiki y Aimi y más adelante el Maestro y Nattie. Al parecer no quería separarse mucho de ella porque temía que le pudiese ocurrir algo. Pero a medio viaje, me cambio el sitio porque él también quería dormir. Así que me senté con Nattie a hablar. Realmente era preciosa. Tenía unas pecas en la cara que la hacían irresistiblemente mona. Su pelo era castaño y muy sedoso, era hermosa. El tacto de su cara era como el de un melocotón, suave y dulce. Realmente increíble, era como una doncella perdida.
ESTÁS LEYENDO
MAJISHAN
FantasyEn nuestro mundo se esconden magos poderosos llamados Majishan, siendo estos los auténticos creadores de la raza humana, provenientes de un universo distinto al que nosotros conocemos. Un grupo de magos quiere ayudar a los humanos a que la paz se si...