Capítulo 11

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Kiyoshi nos miró detenidamente. Él veía el miedo en nosotros pero entonces Aimi intentó lanzar un conjuro contra la maquinaria para que dejara de funcionar y así el Maestro pudiera salir. Sin embargo, todo fue en vano. Kiyoshi se interpuso en el camino y con sus runas bloqueo el ataque. Sus runas eran increíblemente fuertes, ¿acaso había algún destruible?

-        Aquí no podrás atacar preciosa, no ves que están prohibido los libros – se empezó a reír el maniático.

Entonces el libro de Aimi desapareció. Aimi se asustó y empezó a gritar que con su libro no era para nada útil. Pero entonces me giré para ella y le dije que no se preocupara, que yo me ocuparía de esto. Y entonces me puse al frente para luchar contra ese loco. Él se empezó a reír descaradamente. El Maestro sentía dolor por todo el cuerpo y no paraba de gritar. Creé unos cuantos pinchos de hielo para que fueran directamente hacia él pero entonces mientras los esquivaba una gran barrera celestial detuvo a mi hielo.

-        ¿Cómo? – exclamé yo.

-        Tu viejo es bastante poderoso – admitió él.

Entonces nos enseñó un conector que lo contactaba directamente a la máquina. Sin duda alguna estaba utilizando la magia del viejo para sus intereses. Entonces empecé a correr hacia él y cuando estaba bastante cerca empecé a dar vueltas alrededor de él. Él, no entendía nada. Simplemente observa lo que intentaba a hacer tomándome por loco. Poco a poco se estaba formando agua a lo que yo estaba haciendo, hasta tal punto que casi no se me pudo ver. Yo intentaba ir lo más rápido que podía así formar un torbellino de agua sin ninguna ayuda de Sorato. Ese torbellino atormentó a Kiyoshi, quien con la poca magia del Maestro intentaba echar para atrás el torbellino. Entonces rompí las conexiones de la máquina y el Maestro dejo de gritar. Ya no le estaba absorbiendo energía. Kiyoshi consiguió librarse de mi torbellino y entonces fue directamente hacia mi enfurecido. Una columna de hielo fue directamente hacia su barriga, no lo pudo esquivar y quedo aturdido en la pared. Aprovechamos para sacar al Maestro de esa cúpula. Él nos lo agradeció y enseguida el bastón de este y el libro de Aimi aparecieron. Al parecer, las runas iban con el propietario, si el propietario se encontraba aturdido, las runas desaparecían.

Salimos de ese sitio tan asqueroso y en la segunda planta nos encontramos con algunos policías. El Maestro se encontraba en bastante mal estado, Aimi se ocupó de la mayoría y yo de la otra parte. Entre los dos lo llevamos fuera. Allí nos estaban esperando los demás. Tenían un coche de policía robado de unas siete placas. Subimos al coche patrulla y seguidamente Shun arrancó. Nos dirigimos al apartamento para recoger nuestras cosas y marcharnos. Pero entonces me acordé de que Nattie no estaba con nosotros.

-        ¿Y qué pasa con Nattie? – le pregunté al Maestro.

-        Ahora mismo no tenemos tiempo para eso, debemos huir de Bruselas, nos vamos a Noruega. Allí nos dejaran en paz – me contestó él – Rápido, no tenemos mucho tiempo.

Enseguida, todos salimos del apartamento. Nos subimos al coche y arrancamos para irnos directamente hacia el otro país. Shun conducía bastante rápido. Mucha de la gente que nos cruzábamos nos pitó y nos insultaba, pero no teníamos tiempo que perder. Entonces, un helicóptero se nos acercó a nosotros. Al igual que muchos coches patrullas.

-        Maestro, los caminos están bloqueados, no consigo ver una salida clara – dijo Shun.

El Maestro le ordenó seguir conduciendo para adelante y como había dicho Shun, nos encontramos con dos coches patrullas delante de nosotros. El Maestro con su magia los apartó del camino rápidamente. Pero entonces en una de las calles vimos como un furgón de antidisturbios se dirigía a chocar contra nosotros. Con un poco de suerte y reflejos de Shun pudimos esquivar el golpe. La cosa se empezaba a poner bastante sería. Y entonces pinchamos la rueda en una de las curvas que hicimos. El coche entonces ya no iba tan rápido y los coches patrulla de detrás nos empezaban a dar con el coche para que paráramos. Shun paró en medio de una plaza gigantesca. El coche quedó medio destrozado, pero esta vez íbamos a luchar contra los policías. Sin embargo, había como diez coches que se habían detenido, unos tres furgones de agentes especiales que entre ellos distinguía el nombre SWAT. Entonces, de entre la masa policía, apareció el maniático de Kiyoshi con una ropa mucho más formal se inclinó delante de tanta policía. Todos estaban en posición. Nosotros, sin embargo, habíamos perdido al Maestro y nos encontrábamos en bastante mal estado.

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⏰ Última actualización: Jul 26, 2016 ⏰

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