Capítulo 10

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Me obligó a sentarme en la silla de nuevo. Yo obedecí por el bien de Nattie. Entonces se estuvo paseando por toda la sala con una sonrisa bastante maligna. No tenía intenciones de soltar a Nattie, pero lo que me preocupaba más era cómo había podido llegar hasta aquí. También me estaba preguntado a mí mismo si el tercero y este hombre tendrían algún tipo de relación, por eso tal vez él nos hubiera delatado, ¿pero de ser así no hubiera sido mejor que ya se hubiera enfrentado a nosotros con los policías humanos? Todo esto era bastante extraño.

-        Sabes, Tetsu... – empezó a decir ese detective loco – Des de hace mucho tiempo que os llevo buscando, ¡a los cuatro MAGOS DIVINOS!

Eso me aterrorizo bastante. Tenía las manos en la cabeza y parecía realmente estar loco. Los ojos casi se le salían de las orbitas, era un maniático. Para qué diablos nos podría necesitar ese imbécil. Pero es bastante lógico que haya utilizado a la pobre de Nattie para atraer mi atención y así ya tener la atención del gremio de Kioto, dónde hay dos de los cuatro magos divinos. Él entonces se sacó las manos, se giró drásticamente para mí. Y se acercó poco a poco hasta mi posición hasta colocarse a cinco centímetros de mí.

-        ¿Cómo te sientes, pequeño? – murmuró el maniático del detective – ¡¡ACASO SIENTES EL ODIO CÓMO TE CONSUME!!

Me estaba haciéndome poner los pelos de punta. Pero al ver que mis reacciones eran bastante frías, entonces, pulsó un botón para que Nattie empezará temblar de dolor. Él se empezó a reír. Estaba por machacarlo ahí mismo, no podía más, no podía soportar como Nattie sufría por hombres como este. Decididamente me levanté de la silla. Contrariado y bastante enfuscado.

-        ¡¡¡Si!!! – gritó ese hombre – Eso es Tetsu, ¡siente el odio en tus venas!

-        Basta de chorradas, haz lo que quieras conmigo pero deja en paz a Nattie – le contesté yo.

-        ¿Lo que quiera? – se empezó a reír él.

-        Dicen que tu amiga es bastante buena en curar cosas... ¿puedo arrancarte el brazo para que te lo cure?

Entonces hice un paso atrás. Ese hombre estaba realmente loco. No era nada normal. En un principio parecía ser un hombre respetable, que utilizaba la lógica para resolver los mejores enigmas, pero parecía realmente ser un monstruo y un acosador. ¿Arrancarme el brazo? No tenía más remedio que utilizar la magia para salir de esta. Así que puse una mano al frente y me preparé para congelarlo.

-        ¡Adelante Tetsu! – exclamó el maniático – ¡Estoy listo para que me congeles!

Extendió sus manos para recibir mi ataque. Yo realmente no sabía qué hacer, Nattie... estaba sufriendo... Ese tipo era realmente horrible, era un monstruo.

-        ¿A qué esperas Tetsu? – me preguntó él – ¿POR QUÉ NO DESCARGAS TU ODIO CONTRA MI?

Entonces vi lo que estaba intentando hacer. Estaba intentando consumirme la cabeza con chorradas para que yo me convirtiera con él. Miré alrededor. Entonces me di cuenta. Eso no era el mundo real, era una alucinación. Todo eso era mentira, Nattie no estaba conmigo ahí ni él tampoco. Todo esto era una mentira y una farsa que él había preparado para algún propósito suyo. Baje la mano. Le miré con una mirada sincera. Él entonces dejo de reír. También bajo sus brazos. Pero los bajo demasiado. Parecía que en cualquier momento se caería al suelo.

-        ¿Te has dado cuenta acaso? – me preguntó él.

Yo no respondí. Lo levanté con una mano y le dije que me llevara al mundo real. Él entonces volvió con sus estúpidas locuras y me dijo que este era el mundo real. Yo lo empotre contra la pared, le amenace y entonces aún empezó a reírse más. Viendo que era imposible razonar con él lo aparte de mi camino. Intente derrumbar la puerta. Pero era imposible, estaba demasiado dura. Cada vez que la golpeaba aparecían las runas con un simulo raro.

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