Llegué al hospital una hora antes de lo que debería para hablar con los médicos de Carla sobre unas ideas que se me ocurrieron para el proyecto.
Iba a entrar en la habitación de la niña para dejar mis cosas y lo vi. Estaba bien. No estaba en coma. Era Carla. No eran alucinaciones.
Un médico corrió a cerrar la puerta rápidamente.
No podían engañarme, sabía perfectamente lo que acababa de ver. ¿Qué estaba pasando?
Uno de los médicos salió y yo aproveché y entré.
R: ¿Alguien me puede explicar esto? - exigí, señalando a Carla.
DG: Rubén, soy el Doctor Gómez. Verás, todo esto tiene una explicación.
R: Eso espero.
C: Yo..he hecho todo esto para ayudar a Aroa.
R: No veo como la estás ayudando.
C: Yo soy muy fan tuya y...me ha costado mucho hacer que estoy en coma tanto tiempo, pero al saber que ibas a venir, decidí que tú podrías ayudar a mi hermana.
R: ¿Y usted como le puede hacer esto a su hija?
Rob: Yo a mi hija la quiero muchísimo. Y no sabes lo duro que es que tu mujer fallezca y te deje con esto. Carla afortunadamente despertó del coma y decidimos esto por el bien de Aroa.
R: ¿Eras tú la de las notas?
C: Sí... R: Yo no sé si estoy soñando o qué. Todo esto ha sido una pérdida de tiempo.
Rob: ¿De jugar a jueguecitos? - se rió Robert.
R: Lo mío serán jueguecitos, pero lo vuestro es un problema muy grave.
DG: Rubén... R: ¿Y usted qué clase de médico es?
DG: Aroa es mi sobrina. Cuando vinieron de Inglaterra ella tenía 6 años y no era para nada lo que es ahora. Se nota que estás enamorado.
R: Tiene a Martín.- respondí cortante.
C: Por favor. He visto como le pegaba desde esta misma cama. Y no pude hacer nada.
R: Yo..me voy a mi casa, que tengo que grabar.Rob: ¿Volverás mañana?
R: Tal vez.