Mi móvil se estaba quedando sin batería y Jorge, mi profesor de Inglés, había quedado en llamarme, ya que tenía una reunión y llegaba tarde cuando nos encontramos.
Tal vez podía ir a lo fácil y decirle a Rubén que estaba en mis días y por eso el cambio de humor del otro día. Sí, eso iba a hacer.
Entré y estaba en el sofá. Tenía el portátil sobre sus piernas pero él mantenía la vista fija en la puerta. Sin mirarme. Esperaba a que me acercara.
Dejé las llaves en la entrada y me encaminé hacia mi cuarto con rapidez, pero antes de alcanzar la puerta de mi habitación, él, seriamente, formuló una pregunta. La pregunta.
R: ¿Quién es Raúl?
A: Eh..¿quién?
Me dirigí hacia el salón, fingiendo la negativa a la pregunta retórica.
R: No sé por qué deberías ocultarme que estás saliendo con alguien.
A: Es...secreto.
R: Aroa, ¿enserio crees que yo podría salir contigo?
Notaba un calor abrasador en mis mejillas y mis piernas empezaban a temblar. Tenía un tic cada vez que me enfadaba: frotaba mi ceja y después colocaba el pelo tras mi oreja. Y él también lo sabía.
R: No te enfades. Es broma. Pero no deberías dejarte el Whatsapp abierto en mi ordenador.
A: Me olvidé.. R: Es privado, así que te dejo sola leyéndolo.
A: ¿Me ha dejado, ¿no?
R: S..no sé. ¿Por qué voy a saberlo?
A: Rubén, eres un cotilla. Era obvio que iba a hacerlo.
R: Lo siento.
A: No supe valorarlo, pero yo no me lo merecía. Es demasiado buen chico como para aguantarme a mí.
R: Las relaciones en secreto son peores que a distancia.
A: ¿Porque no tienes a nadie que te aconseje?
R: Y porque cualquier chico increíblemente sexy, atractivo, amable, guapo, buen amigo... A: Y modesto.
R: ...podría seducirte con sus increíbles y maravillosos encantos y tu no podrías oponer ninguna resistencia a tal tentación.
A: Si quieres llegar a que le puse los cuernos, tú también.
R: Anaís es...un caso aparte. Es una fan que se ha inventado una relación, pero yo no puedo hacer nada.
A: Sí que puedes.
R: ¿El qué?
A: Pedirle ayuda a una chica guapa, sexy, increíblemente loca y que está muy buena.
R: Y modesta.
A. Y ella no opondría ninguna resistencia.
R: ¿Segura?
A: Tal vez.