Cap 3

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-pensé que mi madre vendría a presentarme- hablo a Ramón que está de pie deteniendo la puerta para mi

-ella está adentro- informa. Me aseguro de la vestimenta que elegí es correcta para la ocasión, una pantaloneta negra, botas negras caña alta y una polera azul con el número 18 -te ves bien. Vamos, te acompañare - Caminamos a la puerta del edificio, Ramón se detiene en el ascensor –es en el quinto piso-. La señorita que se encuentra en la recepción escanea con la mirada a Ramón le sonríe dulcemente y después me sonríe a mí, obvio que sería así. Ramón tiene el cuerpo trabajado, alto, de ojos chocolates y el cabello oscuro lo leva algo desordenado ahora, rostro definido de piel trigueña.

– Buenas noches señor, señorita, ¿en qué puedo ayudarlos?-pregunta Olivia, según indica su credencial-

-buenas tardes, mi nombre es Margaret Hilton y vengo a clases de arte- informo, Olivia me escucha y luego voltea a ver a Ramón para que le diga algo pero el solo contesta" hola, soy Ramón y acompaño a la señorita, no necesito las clases de arte". Olivia le sonríe y empieza a hablar.

-la señora Rebeca está esperándola en la oficina, acompáñeme - la sigo mientras me despido de Ramón con la mirada. -estaré aquí cuando salgas -me informa él, yo afirmo con la cabeza cuando las puertas del ascensor se cierra.

-tu hermano es muy apuesto –habla ella, ahora la que sonríe soy yo

Ramón es la mano de confianza de mi familia, desde que tengo uso de razón siempre lo he visto ahí con mis hermanos, se puede decir que es mi hermano mayor incluso es mayor que mi hermana, él acompaña a mis padres en sus viajes, o si no lo hace se queda en la ciudad con nosotros, siempre está al tanto de la seguridad de casa y de cada uno de nosotros.-lo sé- respondo. Ella se sonroja un poco.

- Aquí es- Sonríe y abre la puerta dejándome ingresar.

-Beca, déjame presentarte a Margaret mi hija. Mare Saluda a mi amiga Rebeca García - habla mi madre animadamente cuando ya me encuentro parada su lado

-buenas tardes- saludo y pongo la mejor sonrisa que puedo.

-Oh, buenas tardes Margaret, ¿puedo llamarte Mare también verdad?, pregunta Rebeca cuando ya me está dado un abrazo-

-sí, claro- como si realmente me va a hacer caso si le dijera que no.

-bien, me tengo que ir, tu padre me espera- mi madre se despide de Rebeca y sale de la oficina de esta- Aprende mucho -. Confirma antes de salir

- Mare, vamos al salón de clases. Hoy no avanzaremos mucho. Solo haremos pequeños bocetos para ver al nivel en el que estas, ¿de acuerdo?-"Genial, examen de entrada", sarcasmo total.

-si- respondo, cuando entramos por la segunda puerta del lado izquierdo.

-Esperame un momento - y con esas palabras sale del salón. El lugar es una habitación de paredes bancas, con imágenes de diferentes estilos de arte. Me detengo ante la imagen de un caballo negro trotando en la orilla de la playa. La pintura aparenta que el caballo mira en mi dirección, el negro de su pelaje me recuerda al pelo de Paul y sin querer suspiro todavía mirando el cuadro y mis lágrimas salen sin ser invitadas a participar "maldición Mare, tienes que controlarte más" "habíamos quedado que no lloraríamos y miranos ahora". Salgo de la habitación en la que me encuentro en busca de los baños. Alzó la cabeza buscando alguna señal que me indique donde es que quedan y al final del pasillo veo la flecha indicando su ubicación. Camino apresuradamente mientras sigo llorando, mi móvil suena. El tono de llamada es de Ángela. Busco en mi bolso y agacho la cabeza para cogerlo pero antes que lo haga choco con la pared y caigo de trasero al piso. –Mierda- maldigo interiormente, pero noto mi error cuando oigo carcajadas. Cierro los ojos para que por lo menos no salgan más lágrimas de la vergüenza, pero es en vano. Mis lentes están empañados, me los quito y limpio las lágrimas de mis ojos mientras me estoy parando.

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