Cap 50

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Toco, pero no se escucha nada. Toco una vez más antes de entrar. Su habitación siempre me pareció ordenada, Isabel es muy singular en ese aspecto. Busco atreves del desorden y las cosas rotas para encontrar a un Paul sentado en el piso detrás de la puerta con una imagen en manos.

-toque dos veces- hablo pero él todavía no levanta la vista del piso que mira detenidamente- ¿Paul?- el levanta su rostro en mi dirección, cuando llego a ver sus ojos por el corto tiempo que me miro, tiene lágrimas en ellos. Me arrepiento de haberlo animado a declararse a ibón, no, me arrepiento de haberme declarado a él, si yo hubiera continuado con mi enamoramiento oculto, él todavía estaría tranquilo y no sufriendo por un amor no correspondido. Cuanto daría por ser yo la única que sufra y no él. Cierro mis ojos para tratar de calmarme.- ¿quieres hablar?

-¿hablar?- ríe de forma sarcástica- desde hace varios días que intento hablar contigo, pero no tienes tiempo para hablar- responde

-lo sé, pero ahora podemos hacerlo- respondo y trato de acercarme a él- siento tanto no haberlo hecho antes, es solo que con tantas cosas de por medio- camino paso a paso y cuando llego a él. Me pongo de cuclillas para estar a su altura en el piso.- ¿podemos hacerlo ahora?- pregunto. Su mirada se encuentra con la mía una vez más y me da a ver la situación en la que esta y me duele más que cuando me miro la primera vez. Esta vez trato de resistir y lo que recibo de él es un abrazo. Cierro los ojos, el abrazo me aplasta pero no me quejo, paso mis manos por su cuerpo para corresponder mientras él respira en mi cuello. Y después de unos minutos ciento sus brazos relajarse. Trato de establecerme en el suelo y en un movimiento cuando él está deshaciendo el abrazo y estirando los pies sus manos me cargan y para acomodarme en ellas quedando yo sentada de lado encima de él.

-gracias por venir- habla

-gracias por no botarme- respondo-

Nos quedamos en silencio otra vez hasta que me rindo-desahoga tu corazón Paul, cuéntame que paso-

-creo que sabes lo que paso- responde- y no es necesariamente el tema del cual quiero hablar-

-¿entonces de que querías hablar?-

-el mensaje que te envié hace semanas, antes del campamento -

Contengo el aire-no te molestes, pero en ese entonces estaba alejada de ti, no me pareció adecuado leer el mensaje- hablo- lo elimine

-el ríe, tanto problema por eso. Olvidalo Mare-

-no, ahora me dirás ¿que tenía el mensaje que tan preocupado estabas?-

-¿curiosa?- su dodo índice golpea mi nariz de forma juguetona-

-mucho-respondo

El silencio se hace presente de nuevo, pero esta vez él habla

-UNO-

-UNO- respondo como siempre

-UNO, es algo que no tiene importancia ahora. DOS no será de ayuda en las circunstancias que nos encontramos-

-explicate, por favor- El ríe, parece buscar algo en los bolsillos de su pantalón, pero no encuentra nada-

-creo que mi celular está en el otro extremo del baño- rio por su respuesta- eres tan malo incluso destruyendo las cosas-

-parece que hablo con la experta-

Suspiro ya que es verdad- tienes razón. Por eso necesito que me expliques lo de hoy y que me des alguna idea para ayudarte-

-ya lo has hecho, venir a verme ha mejorado mi humor-

-¿sabes que Ricardito estaba asustado por tu actitud?-pregunto

-sí, tengo que hablar con él- respira notoriamente- sabes, pensándolo bien. Él ya no tendrá que soportar el apodo de Riqui-

-me alegra tu actitud de optimista, pero enserio necesito al depresivo en este momento quiero saber que pasa aquí -señalo a su corazón -y aquí- señalo a su cabeza.

-es extraño, por un lado me siento más tranquilo, pero por el otro me siento confundido-

-¿Cuál es cuál?-

-el corazón tranquilo, la cabeza no-

-parece que tu enamoramiento de Ibón término y tu cabeza quiere procesarlo de la mejor manera-

- supongo que se parece al tuyo- habla-

-¿Qué quieres decir?-

- tu enamoramiento hacia mí también termino- sonríe y lleva su mano atrás de la cabeza-

Claro que no termino, sigo sintiendo muchas cosas por ti. Respondo mentalmente- también mi enamoramiento por Evan término- respondo.

-Tengo tantas ganas de golpearlo. La semana pasada lo ayude y le di consejos para que se llevara mejor contigo y tratara de comprenderte, pero no esperaba que el hijo de puta saliera con algo como esto-

-dejalo ya. Supongo que yo también puedo ser acusada de lo mismo-

Sus ojos negros me miran esperando que explique- es decir, no lo engañe de forma directa como lo hizo él, es solo que no me sentía preparada mentalmente para tener algo con alguien a quien vi pocas veces-

-eso quiere decir ¿todavía sigues enamorada de mí?-

-no- miento. Ya se las consecuencias de decir la verdad y decir mentiras, si voy a ser juzgada y condenada por lo menos que tenga sentido y me repudien por mis mentiras-es solo que estoy confundida al igual que tu- respondo

- ¿al igual que yo?- pregunta

-aquí- señalo a mi corazón- y aquí- señalo a mi cabeza.

-¿hay alguna forma para ayudarte a arreglar tu confusión?- pregunta

-vine a hablar de lo de hoy y me sales con la historia de hace más de un mes- lo acuso. No quiero que el este preguntando más acerca de lo que yo ciento por él. Tengo miedo que en una de esas suelte la verdad y mi amistad con él se acabe. Muevo mis manos al piso y me impulso para poder levantarle de sus piernas. Cuando ya estoy de pie el trata de levantarse también, pero no lo logra-

-has subido de peso-

-ni lo digas, mamá, nana y madame están enojadas -

-¿no vas a ayudarme a levantar?-pregunta. Estiro mi mano en su dirección y ese simple movimiento desata todo lo que evite hacer por más de dos años. El peso de Paul es superior al que recordaba y caigo de rodillas con mi rostro a centímetros de él. Nunca había estado tanto tiempo en una posición de cuatro y encima de él, o por lo menos a esa distancia-sonrió nerviosa- lo siento no calcule mi peso- responde y su aliento llega a mi directamente

-no hay problema- trato de alejarme de él, pero sus brazos me detienen. Sus labios son tan delicados como los imagine cuando los siento por primera vez sobre los míos. Pero poco a poco empiezan a ser más exigentes y corresponderles es una necesidad para mí, su lengua pide entrar en mi boca y se lo permito. Nos separamos unos segundos después por la falta de aire. Dios acabo de dar el beso de mis sueños con la persona de mis sueños. ¡Tú tienes la culpa de todo! Las palabras de Ángela llegan a mi cerebro que hasta hace un rato estaba en corto circuito. Con todas las fuerzas que me quedan me deslizo de sus brazos y me paro, extendiéndole de nuevo la mano-vamos, levantate- él me muestra la sonrisa que me tiene embobada por más de 2 años.

AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora