Capítulo 6 "Lara y Ash"

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Por la tarde, nuestros héroes decidieron descansar, mientras sus Pokémon se divertían un rato jugando entre ellos. En la mañana del día siguiente, trazarían un plan para cubrir terreno en la búsqueda de Courtney, de la cual nada se sabía aún. Así era, todos descansaban menos Lara y Ash, que se encontraban enfrascados en una ardiente batalla Pokémon.

― ¡Vaporeon!, ¡Chorro de agua ahora! ― Le ordenó la peli miel a su compañero Pokémon.

― ¡Pikachu! ¡Esquívalo y usa cola de hierro! ― El Pokémon amarillo dio un gran salto para girar en el aire y lanzar su ataque.

La cola de hierro impactó de lleno en el Pokémon de agua que se arrastró por el suelo levantando una gran nube de polvo. Acto seguido, chocó inevitablemente contra un árbol. El campo seguía cubierto por el polvo. Pikachu respiraba agitadamente temiendo desmayarse en cualquier momento. Cuando la nube fue desapareciendo con el viento, los entrenadores pudieron a ver al pobre Vaporeon de Lara inconsciente.

― Regresa amigo ― Lara lo hizo entrar en su pokebola ― Diste una gran batalla. Te mereces un descanso ― Guardó la pokebola para sacar otra ― Esto es el fin querido Ash ¡Pichu, es tu turno!

El pequeño Pokémon salió mostrando la personalidad que había heredado de su entrenadora. A pesar de ser mucho más pequeño que Pikachu no se intimidaba. La gran mayoría de sus oponentes eran más grandes y corpulentos que él, por lo que ya estaba acostumbrado. Miró a Pikachu con ojos desafiantes y sin miedo. La batalla final comenzaba ahora.

― ¡Pichu! ¡Usa ataque rápido! ― Le ordenó su entrenadora a lo que el Pokémon le obedeció.

― ¡Pikachu! ¡Esquívalo y usa electrobola! ― Dijo Ash.

Pikachu saltó hacia el costado opuesto del ataque y corrió a gran velocidad hacia su pequeño oponente, mientras dejaba ver su potente ataque eléctrico.

― "Caíste" ― Sonrió la joven con malicia ― ¡Pichu! ¡Abraza a Pikachu y usa impactrueno!

Pichu hizo lo ordenado. Abrazó a Pikachu sonriendo de la misma forma que su entrenadora y usó su ataque lo que provocó una gran explosión en el campo de entrenamiento de aquel Centro Pokémon. Nuevamente, se formó una nube de polvo que imposibilitaba la visión. Cuando esta se dispersó, ambos entrenadores vieron como sus Pokémon yacían inconscientes en el suelo. Estaban abrazados y unas hermosas sonrisas adornaban sus tiernas caritas.

― Creo que esto es un empate ― Dijo Lara mientras cargaba a Pichu entre sus brazos.

― Lo sé ― Habló Ash haciendo la misma acción ― Diste una gran batalla. Eres una excelente entrenadora.

Los entrenadores caminaron con sus Pokémon para dejárselos a la Enfermera Joy. Ambas ratas eléctricas estaban exhaustas de tanto pelear. Después de eso, volvieron al patio para contemplar la tarde bebiendo unos refrescantes jugos de naranja.

― Eres una entrenadora muy fuerte. De seguro le has ganado a muchos rivales ― Le dijo el pelinegro.

― Gracias Ash. La verdad es que he entrenado muy duro para ganarles a mis padres y mi hermano algún día.

La joven bajó la mirada recordando las sonrisas de su familia y las tardes que ella, luciendo un vestido y sin sandalias, corría, libre como el viento, por los campos de Pueblo Paleta. No podía seguir ocultándolo por más tiempo. Cada vez se le hacía más y más imposible ocultar su verdadera personalidad. Así era ella: Débil y llorona. Extrañaba a su familia más de lo que le gustaría admitir. Al mirar a Ash, sintió que estaba tan cerca de su padre, pero a la vez tan lejos.

Una luz en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora