Capítulo 17 "Suspiro"

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El bosque pareció silenciarse en aquel momento. Lo único que podía oírse era la respiración agitada de la peli miel. Anabel había dejado de reír. Su cabello, como la hiedra venenosa, se movía al compás del viento. Clemont estaba sorprendido, mientras se arrastraba hacia Korrina. Por su parte, esta solo podía expulsar un sinfín de lágrimas y Ash... Pues él tenía sus ojos fijos en Serena. Con sus manos acariciaba sus pálidas mejillas. No podía creer que algo tan bello estuviera a punto de desaparecer.

― No me dejes ― Susurró el azabache con la voz entrecortada.

― Ash... ― Susurró la chica con cierta debilidad.

― Quédate conmigo por favor ―. La abrazó con fuerza, como si intentara protegerla de alguien que quisiera llevársela.

― Ash... ― Volvió a decir la chica ― Me temo que queda muy poco tiempo ― Su voz sonaba cansada, desgastada ― El tiempo que estuve contigo fue maravilloso. Me enseñaste tantas cosas que atesoraré por siempre. Contigo aprendí que el mundo es infinito y que está lleno de oportunidades...

― No te despidas por favor ―. El azabache soltó las primeras lágrimas.

― No me arrepiento de nada. El tiempo que viví a tu lado fue el mejor. Gracias Ash. Te amo con mi vida...

Un último suspiro salió de los labios de la chica. Ash sintió como el calor de esta abandonaba su cuerpo. En ese momento se sintió inútil, un estorbo, una basura. ¿Acaso la mujer que amaba había muerto en sus brazos así nada más? Un doloroso grito se esparció por el bosque. Ash comenzó a llorar de rabia como si no hubiese mañana, mientras era observado por sus amigos y Anabel. Esta última estaba satisfecha: Por fin su tan anhelado sueño se haría realidad.

― Ahora podremos estar juntos para siempre mi querido Ash ― Dijo la peli morada con una sonrisa maliciosa en los labios ― ¿No estás feliz?

― ¿Feliz? ― Terció incrédulo ― ¿Acaso estás loca vieja demente?

El chico tomó una roca que estaba junto a él y la lanzó con todas sus fuerzas hacia la frente de la mujer, provocándole un corte. La sangre de este surcó su rostro como un tatuaje, generando en la mujer un gemido excitante que demandaba por más. Anabel acarició su herida con los dedos para luego llevarlos hacia su boca. El sabor de su propia sangre la hizo enloquecer aún más.

― Quiero más de esas caricias mi amado ― Dijo la mujer en un tono provocador.

En aquel momento, Lara volvió de su estado de inconsciencia. Al ver lo que pasaba a su alrededor no pudo evitar las lágrimas. Rápidamente se abalanzó hacia Ash y Serena con lágrimas en los ojos. En su interior se sintió culpable: ¿Por qué ellos tenían que pagar si eran totalmente inocentes?

― Estás completamente chiflada ― Gritó Lara en un sollozó ― Ellos no tienen la culpa.

El llanto siguió por varios minutos más. Ash se colocó de pie lentamente, mientras dejaba el dormido cuerpo de Serena en los brazos de Lara. Con la misma lentitud de acercó a Korrina. Esta estaba más débil que antes. Apenas podía mantener sus ojos abiertos. No sabía qué fuerza extraña había guiado al azabache hacia la rubia, mas sentía en su corazón que había una excelente razón para aquello.

― Acércate Ash ― Susurró la rubia con debilidad ― Toma mi mano.

El joven hizo lo que la chica le pidió y cuando las manos de ambos se encontraron en aquel contacto tibio, fue como si una descarga eléctrica pasara desde el cuerpo de Korrina hacia el de Ash. Ambos se separaron y volvieron a mirarse como los buenos amigos que eran.

Una luz en el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora