La semana con Lauren fue grandiosa, pero más cansada de lo que pensé.
Entre las tareas de la universidad, el proyecto en equipo, acompañar a Dinah al gimnasio y ver a Lauren, no tenía mucho de tiempo de sobra, pero quería aprovechar al máximo con la que recién empezaba a ser mi novia.
Dos días no fui con Dinah, y le pedí que entendiera que debía hacer mis tareas, pues cuando ella se dedicaba a realizar las suyas, yo estaba disfrutando con la cajera.
Ese jueves era el último día que pasaría con Lauren en su semana de vacaciones, dado que la cajera me mencionó que ella y su familia planeaban pasar el fin de semana juntos.
— ¡Hola! —Me besó mi novia una vez que entró al auto, después de salir de su casa.
— ¡Hola! —respondí luego de que su beso cesara.
— ¿Quieres ir por un panque? Me di cuenta que tengo bastante tiempo sin comerme uno —habló cerrando la puerta.
— ¿Te importa si vamos por él y pasamos esta tarde en mi departamento?
— Me parece un buen plan —fue su respuesta.
Arranqué el auto con dirección a la cafetería cerca de mi departamento en donde vendían los ricos panques.
Minutos después estábamos bajando del auto con una bolsa que contenía cuatro de ellos.
A Lauren le gustaba tomarme de la mano. Le gusta entrelazar nuestros dedos y en ocasiones mover de atrás hacia adelante el puño que formábamos ambas.
Luego de dejar el auto en el pequeño estacionamiento que tenía el departamento, la ojiverde y yo subíamos las escaleras, teniendo en cuenta que era la única manera de llegar al piso donde Dinah y yo vivíamos.
— Oye, dejando esto ¿podemos ir a la tienda por unas cosas que me encargo mi madre? —preguntó. — Será rápido.
— Sí.
Mi celular sonó y contesté la llamada, agradeciendo que Lauren llevara la bolsa porque así no tendría que soltar su mano. Era Normani pidiendo vernos mañana para terminar el proyecto, logran que mi cara formara una mueca.
— ¿Todo bien? —preguntó Lauren cuando colgué.
— Sí. Sólo era Normani para lo de nuestro proyecto.
— Debiste saludarla de mi parte —bromeó.
— Ustedes dos se llevan muy bien para el poco tiempo que tienen de conocerse ¿no?
— Es agradable. Me hace sentir como si la conociera de siempre. —seguíamos subiendo las escaleras.
— Estoy empezando a sentir celos —jugué.
— Imagíname a mí, sabiendo que la tienes todo el día y todos los días junto a ti.
— También la comparto con Dinah.
— Yo también te comparto con Dinah. ¡Basta! Yo aquí soy la que debería sentir celos —esas pequeñas ocurrencias de Lauren eran lo que más amaba.
Llegamos a la entrada y la besé como respuesta a su broma anterior. Solté su mano para poder abrir la puerta, permitiéndole pasar primero.
Se quedó parada, esperando a que yo cerrara la puerta.
— ¡Hola, Dinah! —saludó.
Mi amiga sentada en el sillón, con la mirada fija en su celular, masculló un "hola".
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El último tema || CAMREN
FanfictionUna cajera puede llegar a ser lo mejor de tu vida.