Capítulo 2: Atrapada

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Me agaché un poco y ví a la persona que estaba al lado del chico que me había llamado "nena".

-¿Carl?

-¿¡NO ME HAS OÍDO!? -Me gritó.

Subí rápido, no sabía quien era ese chico, pero su cara me sonaba. ¿Por qué íbamos en su coche?

-Tú... como te llames, ¿a dónde vamos? -Pregunté.

-Vamos a casa y "él" tiene nombre. -Me contestó Carl un poco molesto.

-Glenn, me llamo Glenn. -Dijo interrumpiendo a Carl.

Me acordé de él en ese instante. Lo conocimos un día en una fiesta que hizo Sophia, mi mejor amiga.

Pedimos unas pizzas para cenar y vino él a traérnoslas. Era simpático y gracioso. Al final acabó quedándose en la fiesta.

Nos cayó bien. Será porque también se salta sus obligaciones. Después de todo, tenemos algo en común.

***

Estábamos en casa y ya habíamos cogido las cosas necesarias para largarnos. Comida, ropa, lo básico. Para nuestra suerte mamá y Shane ya no estaban allí.

Nos faltaban armas, no sé qué estaba pasando, pero no iba a quedarme de brazos cruzados mientras mi padre venía a salvarnos de algo que ni siquiera sabía qué era.

Así que me adentré en la cocina y empecé a rebuscar por los cajones algo útil. De repente, escuché la puerta de la casa abrirse.
Primero me asusté, pero luego me tranquilicé pensando que sería papá.

Ví a un hombre de unos cuarenta y pocos años armado. Después de forzar la cerradura pegó un par de golpes en la pared, esperando que alguien o algo le escuchara.

Tenía cara de pocos amigos, y estaba sucio. Agradecí que no notara mi presencia. Pero aún así, caminó con pasos lentos a la cocina, donde yo estaba.

Intenté esconderme, pero ya era demasiado tarde. Lo único que pude alcanzar fue un cuchillo mínimamente afilado encima de la encimera. Me agaché detrás de un estante y esperé a que se fuera. Pero parecía tranquilo y sin prisas, eso me puso más nerviosa.

Tragué saliva intentando calmarme y suspiré mientras retrocedía. Se me estaba agotando la paciencia.

Esperé el momento adecuado para saltar a su espalda y clavarle el cuchillo en el brazo. Pero la jugada no me salió bien, ya que era un hombre grande y fuerte. Noté que me empujó y caímos al suelo.

Segundos después, escuché la voz de mi hermano gritando mi nombre.

Todo se volvió negro.

***

Me desperté en una habitación de lo que parecía una autocaravana. Llevaba la misma ropa que antes pero con una sudadera que no era mía. No me encontraba muy bien, me dolía la cabeza y sentía un dolor muy fuerte en las costillas.

Tenía a alguien a mi lado, era el hombre de antes, supongo. No le veía bien la cara, los mechones de su media melena me impedían analizarle. No sabía cómo había acabado ahí, y con él.

Me destapé con mucho cuidado y me levanté de la cama. Pero cuando me puse en pie, no podía caminar. Me tambaleé un poco hacia atrás, pero conseguí mantener el equilibrio. Pude caminar con ayuda de las estrechas paredes.

Miré mis piernas y estaban llenas de golpes. Entré en el baño y me miré al espejo. Estaba hecha una mierda. Mi cara tenía sangre y más golpes que en las piernas, me quité la sudadera y pude ver el vendaje que cubría mis costillas. Estaba empapado en sangre. Con razón dolía tanto.

Alguien tocó a la puerta del baño y por el miedo a que fuera ese hombre que estaba durmiendo a mi lado, decidí no abrir. Empezaron a salir lágrimas de mis ojos.

-¿April? ¿Estás bien? -Dijo con voz suave.

¿Por qué sabía mi nombre?
A lo mejor no era él. De todas formas, no podía quedarme ahí todo el día. Me lavé la cara con agua fría y decidí olvidarme de todo el miedo que sentía y abrir la puerta.

-¿Estás bien? ¿Por qué lloras? Me llamo Daryl. -Dijo alzando su mano, esperando para un saludo. Yo le miraba asustada y con el ceño fruncido.

-April. -Me presenté casi obligada, ya que su mano se acercaba a mi para estrechar la mía. Aunque ya supiera mi nombre.

-Ven, tienes que descansar, no puedes estar aquí. Vuelve a la cama. -Él se iba acercando a mi para ayudarme a moverme, pero yo iba dando pasos hacia atrás para que no me tocara.

Me quedé sin espacio, ya que la autocaravana era pequeña y me choqué con la pared que estaba detrás de mi.

Daryl me miró con sus ojos azules que podían inundar a cualquiera y puso sus manos apoyadas en la pared una a cada lado de mi cabeza.

-Así no podrás escaparte. -Me susurró en el oído.

Se acercó más a mi, y cuando parecía que iba a besarme, me agarro de la cintura y me cogió en brazos para así dejarme en la cama.

-¿Dónde está Carl? -Dije mientras él se sentaba en la silla dónde dormía antes.

-Ahh, ¿ese crío? -Le miré con una expresión enfadada en mi cara. -Está...

-¡April! -Carl entró y corrió hacia mi dándome un abrazo.

Volví a llorar y agarré fuerte a mi hermano pequeño.

-Quiero estar con April, a solas -Soltó Carl dirigiéndose a Daryl.

-Está bien. -Parecía enfadado, pero no le hice mucho caso.



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¡¡¡Hoooolaaaa dixoooons!!!
Bienvenidos otro martes más
💛💚💙💜
¿Qué le querrá decir Carl?
😮😂
Espero que os haya gustado
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Señorita DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora