Sin pensárselo dos veces me pegó un puñetazo en el estómago y aprovechó para atarme.
Me salía sangre por la boca y la cabeza me retumbaba.
Él no tardó en ponerse detrás de mi y empezar a besar mi cuello.
APRIL: ¡Suéltame! ¡Estúpido!
JONH: ¿Cómo me has llamado?
APRIL: ¡ESTÚPIDO! -Repetí gritando más fuerte.
Jonh se separó de mi, me rodeó quedando delante mía y me pegó una bofetada.
Empecé a llorar más fuerte. Sólo quería que esto acabara de una vez.
JONH: ¿Me dirás dónde está tu grupo? -Me volvió a tocar el pelo.
APRIL: No. -Respondí tranquila.
Eso le enfadaría.
JONH: Esta bien... Hacemos un trato ¿de acuerdo? -Suspiró. No contesté. -Tú te quitas la ropa y me dices dónde está tu gente, y yo te quito las cadenas y no te toco. -Me quedé en silencio.
No pensaba hacer nada de eso.
Él se dirigió a la mesa, cogió el arma y en un acto rápido me apuntó con ella.
JONH: ¡YA! -Me volvió a pegar una patada. Pero esta vez en las costillas. Justo en el centro de la herida.
Me retorcí de dolor en el sitio. Las muñecas me empezaban a doler bastante. Y sangraban debido a la sujeción de las anillas.
APRIL: Tend...drás quu...e soltar...soltarme. -Dije entrecortada. Me costaba mucho respirar.
Jonh me desató y se alejó. Que no se hiciera muchas ilusiones.
Menudo cerdo.
APRIL: Las personas como tú, debéis morir. -Dije quitándome la camiseta.
Él sonrío satisfecho. Había conseguido lo que quería.
JONH: Sigue. -Dijo refiriéndose a que me quería ver las tetas.
Me desabroché el sujetador y lentamente lo arrojé al suelo.
Cubrí mi pecho con mis propias manos. Si quería verlas, que se acercara. A ver si así recibía una patada en los huevos.
Y efectivamente, hizo lo que pensaba que iba a hacer. Se acercó a mi con pasos lentos.
Me agarró de hombro y lo apretó con fuerza.
Escuchamos la puerta abrirse y Jonh se giró para ver quien se supone que iba a entrar.
Él estaba de espaldas. Era mi momento. Levanté mi pierna y...
¡BINGO!
Se cayó al suelo. ¿Tanto le ha dolido?
Me giré sobre mis talones y recuperé mi ropa.
Mire la espalda de Jonh y tenía una flecha clavada.
¿Una flecha?
Sí, y de color verde y negro.
APRIL: ¿Daryl? -Pregunté confundida.
DARYL: El mismo. -Estuvimos así varios minutos. Mirándonos. Sin decir ni una palabra. En silencio.
Pero no era un silencio incómodo. Sino, uno agradable.
Él tenía algunos rasguños en la cara. Y le salía un hilo de sangre por la nariz.
La imagen de hace unas horas se me vino a la cabeza "Daryl a milímetros de mi boca" y no pude evitar sonreír.
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Señorita Dixon
FanfictionRick Grimes y su grupo deciden emprender un largo viaje con destino al centro de control de enfermedades. Dónde salvarán el mundo de la apocalipsis zombie, o al menos, lo intentarán. La hija pequeña del oficial de policía, April Grimes, se convierte...