UNO

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Todo se mueve demasiado rápido para distinguir donde me encuentro. Es una especie de cabina que corre velozmente en un plano celeste. Cuando miro a un lado, parece que es el cielo. Es el mismísimo cielo. Estoy en el cielo. ¿En el cielo? ¿Eso es posible?

Quiero indagar un poco más dónde estoy pero todo se oscurece. Se va apagando tan lento que me aburre ver como se desaparecen las imágenes de mi mente. Unos segundos y solo hay oscuridad.

Comienza el murmullo a mí alrededor. Esa maldita forma de sacarte de un sueño y esos pasos que van y vienen; incansables y frenéticos. ¿Por qué hablan tan fuerte si saben que estoy durmiendo? Me pesan tanto los párpados que no consigo levantarlos. Me empeño en hacerlo pero es imposible. Ni siquiera logro hacer aletear las pestañas un milímetro. Y de nuevo las voces y los pasos. Y los pitidos. Y cosas que ruedan. Y quejas. Y desesperación. Y llanto.

-Tengo sed- logro decir, pero las palabras se pierden en algún lugar de la galaxia. De la historia. Del universo. Hoy nadie me escucha. Soy un maldito ser invisible. Si no, ¿Qué más da?


¿Estamos lejos de casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora