DIECINUEVE

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No se lo deseo a nadie en el mundo. Realmente los días se pasan lentísimos y acá, todo sigue igual. La historia se vuelve a repetir tres mil veces al día. Como uno de esos sueños que tuve al principio. La gente, los pasos, los gritos, la desesperación. Y la Tierra que no quiere dejar de bailar. Baila, baila y baila. Réplicas y más réplicas.

Los médicos me visitan todos los días. Ya son parte de esta pequeña familia compuesta por Rajiv, Harry y yo. Y cada una de los centenares de personas que están acá.

Exactamente hace tres semanas de lo ocurrido. El sismo lo destrozó todo. Todavía no pude contactar a mi familia en Argentina. Deben estar desesperados ¡Si los conoceré!

Las comunicaciones y las redes están fuera de servicio; es imposible cruzar una palabra con el nuevo continente.

Y yo, sigo postrada en esta maldita cama después de salir de un coma.

¡¿De un coma?! Ni siquiera puedo creerlo todavía.

      

¿Estamos lejos de casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora