ONCE

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Las luces se encienden fugazmente. Encandilan. Es peor de lo que esperaba encontrarme. Las paredes se rajaron. El techo cayó en algunos sectores golpeando a la gente. Es desolación y dolor. Soledad. Desamparo. La gente llora y se abraza mutuamente aunque no se conozcan. Los ojos se me empañan y me vuelvo a observar a Harry.

-Harry...- susurro con lo poco de aire que le quedan a mis pulmones después de contener el oxigeno durante mucho tiempo. Sigue llorando. Puedo ver como baja y sube su cuerpo con cada uno de sus espasmos- Harry, please look at me... Are you okay, Harry?

Me mira y su rostro me parte el alma. Me maldigo por haber preguntado si se encontraba bien. Sus ojos enrojecidos por el llanto me observan desbastados. Se sienta un poco más cerca de mí y me señala al niño que tiene durmiendo sobre su pecho. Estiro mi mano para rozar su brazo. Niega con la cabeza y continúa llorando abrazado a la criatura.

El sueño lo vence un rato más tarde. Se empieza a bambolear para delante y para atrás. Con un esfuerzo enorme me corro hacia un extremo de la camilla y le dejo un lugar para que se recueste. La cama es demasiado pequeña para los tres, pero igualmente Harry coloca al niño entre nuestros cuerpos y nos dormimos al instante entre toda aquella tragedia.

¿Estamos lejos de casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora