DIECISEIS

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No sé que habré dicho para que Harry actuara de esa manera. Quise gritarle que volviese, pero no me salieron las palabras. Rajiv, todavía sigue durmiendo a los pies de la cama.

Giro apenas la cabeza para ver un tumulto de gente entrar por la puerta. Todos amontonados. Las expresiones mucho no varían aquí en esta habitación. Y allí es cuando lo veo. Entre toda esa multitud de asiáticos parece un extraño. Parece aún más colorado a causa del rosado que le cubre las mejillas. Con pasos cortos y sorteando a todo tipo de personas en el camino se va acercando hasta mi camilla. <¿Por qué tan lento?> Me impacienta, quiero pedirle disculpas, saber que pasó. Se me hace un nudo en la garganta cuando se pone a mi lado, pero igualmente puedo liberarme y hablar:

- Perdóname, Harry – estiro el brazo y lo tomo de la muñeca. Tengo los dedos helados a pesar del calor sofocante – Sí, fui bastante egoísta en lo que dije, pero yo no...

Harry me interrumpe con uno de sus famosos SHHH y se arrodilla en el estrecho espacio que hay entre una camilla y otra.

-Por favor Matilde, no te disculpes – Hace una pausa y me mira. Estamos tan cerca que me pongo nerviosa – perdóname a mí, por favor. No Debería haber reaccionado de esa forma ¿Sabes?, pero últimamente, tengo a mis emociones desequilibradas. Y tu comentario, de verdad que me impresionó. No supe que decir. Tengo tantas cosas en la cabeza, que necesitaba un minuto de aire para saber que tan... olvídalo. Solamente es que me tomaste por sorpresa y no supe que responder. Fui un estúpido – Toma mi mano y besa cada uno de mis dedos. Me da un golpe de electricidad que se extiende por todo el cuerpo – Por favor, perdóname.

-Harry – logro decir con un hilo de voz – No podría no perdonarte. Eres el único que logra sacarme una sonrisa o sentirme un poco mejor en este lugar – le acaricio la mejilla y le seco una gota de sudor que resbala por la patilla – claro que te perdono. Con una condición; cuéntame por una vez la maldita historia de cómo he acabado en esta cama.

-Of course, my Matilde – se sienta sobre la cama, en un extremo lateral y comienza el relato.

¿Estamos lejos de casa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora