Vacía. cap.25

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Narra la escritora:

Luego de escuchar el "de acuerdo, estaré allí en unos minutos" de Catarina, Magnus colgó. Metió su celular en el bolsillo izquierdo de su saco y se sentó junto a Alec en el borde de su cama.

Magnus hoy llevaba unos jeans gastados sueltos, una camisa blanca con dibujos en dorado y encima un saco azul eléctrico.

-¿De enserio piensas que estoy loco? -preguntó Alec un tanto ofendido.

-No pienso que estés loco Alexander -dijo Magnus y suspiró- pero necesitamos revisar tu mente por las dudas.

-Magnus, no recordaré nada, pero sin embargo no creo haber destruido la biblioteca por un ataque psicótico.

-Alec, no me refiero a que te haya agarrado un ataque psicótico, lo que yo creo, es que alguien puede haberte hechizado o algo así.

Alec se quedó callado durante un minutos y luego asintió.

-Está bien, dejaré que revisen mi mente, no quiero llegar a lastimar a alguien sin darme cuenta -dijo mientras entrelazaba sus dedos con los de Magnus.

Alec siempre pensaba en los demás antes que en si mismo.
Magnus sonrió con ternura y besó la comisura de sus labios.

-Pero sigo teniendo una duda, ¿por qué no me llevan directamente con los hermanos silenciosos? -preguntó con duda.

-Porque ellos informarían a la clave -respondió Magnus seguro de sus palabras.

Alec asintió. Es cierto eso de que informarían a la clave, pues los hermanos silenciosos tienen la obligación de hacerlo.
Entonces se escuchó a alguien tocar la puerta, Alec se levantó de la cama y, soltando la mano de Magnus, abrió la puerta.

-¿Que sucede Jace? -preguntó ni bien lo vio.

-Ya ha llegado tu amiga -dijo mirando en dirección a Magnus, quien seguía sentado en la cama.

Magnus asintió y los tres juntos fueron a la sala de estar del instituto, donde esperaba Catarina.

-Tanto tiempo -dijo Magnus abrazándola, Catarina hizo una mueca y le devolvió el abrazo.

-Quiero que sepas que si tu citación no llega a ser por algo importante me iré -dijo separándose- ya sabes que tengo trabajo que hacer.

-Esta vez es importante -dijo Magnus defendiéndose.

-Está bien -dijo y soltó un suspiro, luego miró a los cazadores de sombras detrás de Magnus- ¿qué sucede?

***

Ian tocó la puerta pidiendo permiso para entrar y luego de escuchar el pase entró a la habitación.

-Ian -dijo Jessamine cuando lo vio- ¿qué ocurre?

-Quisiera hablar contigo -dijo acercándose a ella, quien se encontraba sentada en la silla de su escritorio.

Sobre el escritorio había hojas ralladas con esquemas y algunos libros abiertos. Cuando Ian trató de ver mejor qué libros eran, Jessamine se movió tapándole la vista de los cuadernos. Él solo había alcanzado a ver que se trataba de hechizos.

-¿De qué quieres hablar? -preguntó con una sonrisa falsa.

-Sobre el momento en que atacaron a Alec -dijo Ian, no tenía ganas de dar rodeos, prefería ir directo al tema.

-¿Como que "atacaron"? -preguntó Jessamine perdiendo la sonrisa- que yo sepa a Alec no lo atacaron, si no que a él le agarró un ataque.

Ian rió sin gracia y luego la miró con una ceja alzada. Jessamine se empezó a irritar y a Ian eso le satisfació.

Jessamine - La hija de MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora