Ha pasado una semana desde que los Lodwood llegaron al pueblo. La mayoría de los pueblerinos se han adaptado a su presencia tras comprobar su inocencia mientras que otra parte de ellos sigue cerrando firmemente sus cortinas apenas los ven pasar frente a sus casas. Edmund junto al padre de los pelirrojos del puestecillo se encargan de la reparación del auto de la familia, pues quieren partir con la mayor rapidez posible. Sobre todo Adelice.
Hablando de ella, justo ahora se encuentra de camino al lago acompañada por Elliot, Ariana, Ariadna y Joseph, el pequeño hijo de Ariadna, la pelirroja que batía algo en el molde. Los tres se habían propuesto enseñarle la belleza de los alrededores del pueblo a Adelice antes de que se marchara, manteniéndose alejados del bosque de la bruja, por supuesto.
Dicha bruja parecía haberla dejado en paz tras su encuentro en la habitación compartida de Elliot, Adelice y Max, pues no había vuelto a molestarla, o atacarla. Lo único que le asegura a Adelice que su tormento todavía no ha finalizado es la constante sensación de sentirse observada cada que salía de la vivienda de la familia de Elliot.
Tras quince minutos siguiendo un caminillo de tierra y césped, por fin llegaron al lago. Dejan sus pertenencias detrás de unos arbustos luego de quitarse las prendas de ropa innecesarias para nadar, y se acercan a la orilla entre risitas. Adelice permanece varios pasos atrás, admirando la belleza del lugar.
El agua azulada resplandece bajo la brillante y cálida luz del sol, pequeñas olas golpean la arena blanca que hay a los alrededores de la circunferencia del lago y hay algunas rocas de colores brillando bajo el agua o en la arena. El lugar se encuentra rodeado por enormes y frondosos robles con verdes hojas en sus copas. Todo parece sacado de un cuento de hadas.
—Es bellísimo, ¿no es cierto?—Habla Elliot, observando con deleite la expresión admirada de la rubia. Ariana se percata de ello, frunce el ceño y tira con insistencia del chico hacia el agua.
— ¡Vamos, vamos! Debes entrar antes de que oscurezca.
—Gracias una vez más con quedarte con Joseph, hace mucho que no nado. —Dice Ariadna dejando a su pequeño hijo en brazos de la rubia, ella sonríe abiertamente y le resta importancia con un gesto.
—Agradece que jamás me enseñaran a nadar. —Bromea y se sienta con cuidado en la arena, el pequeño comienza a jugar con la arena de inmediato. —Anda, ve a nadar, estaremos bien por aquí.
Ariadna deja un casto beso en la cabellera oscura de su hijo y se adentra con rapidez en el agua, lanzando un grito de júbilo ante la temperatura perfecta del agua. Adelice y Joseph la observan dar brazadas para alcanzar a su gemela y a Elliot en la parte profunda del lago.
—Abua. —Habla el niño de menos de tres años luego de cinco minutos jugando con la arena. Señala la circunferencia acuática. —Ahí, ahí.
Adelice se levanta, lo toma por su pequeña manita y juntos se adentran al lago. Se detienen cuando el agua le llega hasta a la cintura a Joseph, por lo que ella tiene que ponerse de rodillas frente a él para estar a su altura y poder jugar con facilidad con el pequeño.
El infante suelta una carcajada mientras mueve sus diminutas y rechonchas piernas bajo el agua, Adelice ríe al ver su cara de sorpresa cuando su rostro termina mojado por pequeñas gotas de agua dulce, producto de haberse salpicado a sí mismo con sus movimientos.
Permite que Joseph la moje y lleva su mirada hacia Elliot y las gemelas, encontrando a Ariana sobre los hombros del castaño. Contiene una sonrisa, pues sabe que Ariana siente algo por Elliot, y vuelve a prestarle atención al niño pelirrojo y pecoso que aclama por su atención.
Y ocurre.
Su piel se eriza al sentirse observada. Contiene el impulso de mirar sobre su hombro y sigue jugando con el pequeño, notando que todo a su alrededor ha sido silenciado. Ya no se escucha el cantar de ningún ave, mucho menos el sonido del viento moviendo las hojas de los árboles. Todo es quietud y silencio.
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La bruja de Crewel
HorrorEl pueblo de Crewel tiene tres reglas: 1. Nadie menor de 18 años puede estar fuera de su cabaña a las 6:45 pm, a esa hora comienza el toque de queda. 2. Los niños deben estar arropados y dormidos a las 7:00 pm en punto, ni un minuto más. 3. Mientras...