Daños Irreparables

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-Isura, espera-me gire para encontrarme con una chica en un vestido verde agua con un antifaz perla en la mano. Una de las pocas chicas que no quería volver a ver en mi vida.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunté. Melody se quedó callada unos instantes, parecía nerviosa y dudosa de qué decir a continuación. Yo no tenía idea de que era lo que quería... Supuse que tal vez era burlarse de mí porque al final del día ella había sido quien se había quedado con Nathaniel. Eso me parecía algo muy bajo, así que simplemente me di media vuelta y seguí caminando. Suficiente tenía en ese momento con haber visto a mi amiga besando al chico que me gustaba... Otra vez.

-¡Lo lamento!-gritó Melody. Eso consiguió hacer que me detuviera-. Yo sé que hice mal, Isura, y lo lamento.

-¿Por qué me estás pidiendo perdón? Ya tienes lo que querías. Ya estás con Nathaniel, ¿no? ¿Ahora te remuerde la conciencia lo que hiciste para conseguirlo?

-Nathaniel y yo no estamos juntos-dijo Melody mientras se acercaba más a mi. Sus palabras me sorprendieron. ¿Cómo que no estaban juntos?-. Lo que viste... Esas fotos... Él creyó que yo era tú y yo fui lo suficientemente egoísta como para no decirle la verdad.

-¿Por qué me estás contando esto?-pregunté sorprendida. En definitiva no entendía a Melody.

-Porque esto no era lo que yo quería, Nathaniel está tan triste que no puedo soportarlo. No soporto saber que yo fui la que causó que él llorara esa noche. Nunca debí escuchar a Amber, ella sólo me usó para lastimarte y no le importó lastimar a su hermano en el proceso-Melody comenzó a llorar repentinamente, en verdad parece arrepentida-. Él no paraba de repetir tu nombre mientras nos besábamos.

Oh dios. Su repentina confesión me tomó por sorpresa, quise, por un instante, correr a buscar a Nathaniel y arreglar las cosas. Preguntarle si él quería que hubiese un nosotros.

Las cosas no fueron como yo creía. Él no me había cambiado por Melody. Me invadió una repentina emoción, pero fui incapaz de correr a buscarlo. Nada cambiaba que él me hubiese llamado zorra y me hubiese tratado como me había tratado.

-Melody, tenemos que volver adentro a cuidar que nada salga de control, ¿por qué saliste corriendo?-esa voz, ese porte, los conocía por completo. Ningún antifaz podría ocultar la identidad de Nathaniel-. Oh, Isura...

-Creo que ustedes dos deberían hablar-dijo Melody mientras se limpiaba las lágrimas y se marchaba, dejándonos solos en el patio de la escuela.

El silencio era incomodo. Terriblemente tenso. Nathaniel sólo me miraba en silencio y yo no sabía que palabras decir.

-Te ves realmente hermosa hoy... Bueno, siempre lo has sido-dijo y en un instante ni el antifaz azul marino que llevaba logró ocultar que se había puesto rojo. Por un momento me sentí como al principio de nuestra relación, cuando todo era miel sobre hojuelas.

-Gracias Nathaniel-fui capaz de ver un atisbo de dolor en su mirada cuando lo llame por su nombre. Nath... No iba a volver a llamarlo de ese modo.

-Is...-dijo mientras se acercaba a mí, yo di un paso atrás, estar cerca suyo aún era... complicado. El dolor en ese instante era más notorio en su rostro-. Sí, lo entiendo. No me quieres cerca tuyo, no me quieres volver a ver. Ya lo sabía, pero fue instintivo; tú y yo juntos, creí que así sería siempre y no me acostumbro a la realidad.

-Melody me dijo lo que ocurrió esa noche, que creíste que era yo todo el tiempo-los ojos de Nathaniel se abrieron con sorpresa, no esperaba que yo lo supiese. Se quitó el antifaz y pasó sus manos por su cabello rubio, que cayó despeinado a cada lado de su cara.

-Es cierto, yo jamás te hubiese engañado-dijo mientras daba un paso hacia mí, y por alguna razón, esa vez no huí-. Jamás quise hacerte daño.

-Pero lo hiciste. Me hiciste más daño del que nadie me había hecho jamás; y lo peor es que lo que más daño me hizo fueron tus palabras. Una maldita palabra destrozó mi corazón-dije mientras sentía las lágrimas quemar mis ojos. Enfrentarme a Nathaniel después de nuestra ruptura era más de lo que yo podía soportar.

Esa noche era una montaña rusa de emociones y yo ya no aguantaba más. Entre Armin, Lysandro y Nathaniel iba a terminar por volverme loca.

-Lo sé y lo siento-dijo mientras colocaba su mano en mi mejilla y limpiaba las lágrimas que comenzaban a salir-. Estaba vuelto loco de celos, siempre sintiendo que Lysandro te apartaría de mi lado. Tenía miedo, tanto miedo de perderte que no noté que te estaba alejando y lastimando.

Él lo sabía, sabía que tarde o temprano mi corazón sería de Lysandro. Eso hizo que comenzara a llorar con más fuerza. El miedo más grande de Nathaniel ya era una realidad.

-Parece que lo único que sé hacer es hacerte daño. Aún ahora sólo puedo hacerte llorar-en ese momento Nathaniel me abrazó con fuerza. Y yo me perdí en ese abrazo. Todo resultaba tan conocido, tan nostálgico... La sensación de su cuerpo contra el mío, sus brazos rodeándome, su aroma...

Lloré mientras él me abrazaba, lloré por mí y todo el daño que me había hecho y lloré por él y por el daño que yo le había hecho y estaba por hacerle, porque tenía que decirle la verdad, ahora sentía algo por Lysandro.

Tal parecía que nuestro amor sólo nos causaba daño. Un daño irreparable. Amarnos nos había traído más dolor que alegría.

.~.~.~.~.~.~.~.~.

Tan concentrados estaban ambos chicos en ese momento que no oyeron el click de la cámara de Peggy.

Nathaniel se aferró a Isura, porque de algún modo sabía que esa sería la última vez que podría abrazarla de ese modo.

Del otro lado de la puerta Lysandro también se aferraba a una chica. A Fernanda.

Su chica misteriosa había aparecido... besarla se sentía bien, pero por alguna razón, no se sentía correcto. De algún modo seguía pensando en Isura, aún en ese momento como ese.

-Te he encontrado-dijo una vez más mientras enterraba sus dedos en el cabello de la chica.

Tal vez Fernanda debió decirle la verdad, que no era la autora de la canción, pero, ¿qué más daba? Su amiga no quería a Lysandro, su amiga tenía a Armin. ¿Qué daño hacía guardar el secreto y ser feliz?

Todos los caminos conducen a ti [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora