Habíamos perdido el juego, que estaba bien, el segundo lugar en el estado es todavía impresionante, pero era uno de los partidos más importantes de mi vida, y Laura me había mandado a volar cuando le pedí que viniera. Honestamente, no estaba en el mejor estado de ánimo por la mañana, y ver Kaitlin sentada en la mesa de desayuno sólo me recordó lo herida que estaba Laura.
Kaitlin y mi mamá habían arreglado, pero ella todavía estaba muy enojada con Ian, así que no había estado en casa mucho.
Busqué a mi madre, pero no había nadie en casa.
—Buenos días, Kaitlin —murmuré torpemente mientras iba en busca de un poco de jugo.
—Buenas tardes —corrigió. Había un nerviosismo en ella que no tenía sentido.
—¿Qué pasa? ¿Dónde está todo el mundo?
—Tus padres fueron a Home Depot. ¿Algo sobre las baldosas del baño de arriba?
Ruedo los ojos. Mis padres estaban obsesionados con la remodelación. Reales Hágalo-Usted-Mismo. Una extraña manía, si me preguntan, cuando podían permitirse el lujo de contratar a alguien para que lo haga por ellos.
—No he visto a Ian —agregó.
No es de extrañar.
—No muchos lo han hecho en estos días. Ha estado bastante patético desde el cumpleaños de Laura.
Kaitlin repente me lanzó una mirada desesperada.
—En realidad, vine a verte. Estoy muy preocupada por Laura.
—No sé que puedo hacer para ayudar —me quejé.
El rostro de Kaitlin mostró decepción.
—Sé que estás frustrado, pero trata de no molestarte mucho con ella. Por favor. Necesito tu ayuda, Jack.
Tenía mi atención al instante. Ella había sido abandonada por su marido cuando Laura tenía cuatro años. Se había convertido en una mujer muy independiente desde entonces. Pedir ayuda es algo Kaitlin Widner no hace.
—Yo sé que ha estado triste y deprimida últimamente, pero estoy seguro que estará bien.
—Es más que un poco —susurró Kaitlin—. Duerme la mayor parte del día. Está perdiendo peso porque no come. Falló en su prueba de matemáticas esta semana. ¡Falló! ¡Laura! Varios de sus profesores me llamaron, preocupados por ella. Traté de preguntarle al respecto, pero no quiere hablar conmigo.
Kaitlin se puso a llorar.
—Creo que Laura tiene un serio problema. Libby ha tratado de hablarle un par de veces, pero nada parece funcionar.
Apenas podía creer lo que estaba diciendo Kaitlin. No sabía que Laura estaba teniendo un momento difícil, pero nada de eso sonaba como ella. No me podía imaginar un mundo en el Laura Widner no pasara una prueba y mandara a volar a Libby. Yo sabía que ella me mando a volar a mí, pero pensé que era sólo por Ian. Que lo hizo porque se sentía culpable. De repente me sentí muy mal para renunciar a ella.
La mano de Kaitlin cubrió la mía. Estaba temblando.
—Jack —susurró—. Por favor.
Me sorprendió la multitud de emociones que se extendieron a través de mí. Una sola palabra me hizo ir a través de mis propias etapas de dolor al mismo tiempo. Choque, ira, depresión, frustración, e incluso sombría resignación me abrumaron en cuestión de segundos.
—Lo intenté —le dije—. He intentado todo lo que podía pensar, pero no he podido ayudarla. Tu debes hablar con Ian.
Mi voz destilaba amargura. Kaitlin me dio una sonrisa desconsolada.
