Capitulo Dos

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—No, no lo harás —insistió Ian —. Eres increíble, Laura. Encontrarás una manera. Siempre lo haces. Y oye, sin mí derribándote, probablemente vas a ganar el primer lugar por una vez. 

—¡Cállate! ¡No lo hare! ¡Voy a desmoronarme sin ti!

Ian suspiró y tomó mis manos en las suyas —Laura —dijo lentamente —. Eso también es una especie de por qué le dije que sí a Mindy. Creo que necesito un poco de espacio por un tiempo.

Por un breve momento, el tiempo se detuvo…como un corazón saltándose un latido. Cuando empezó a correr de nuevo, mi vida había sido alterada para siempre. 

—¿Espacio? ¿A qué te refieres? —sabía a qué se refería. Solo estaba rezando estar equivocada porque, de otra forma, acababa de romperme el corazón a la mitad y no podía lidiar con ello. —¿Estás diciendo que no quieres ser más mi amigo?

Ian rápidamente sacudió la cabeza —Por supuesto que no. Siempre vamos a ser amigos. Sabes que lo haremos. Pero, Laura, pasamos más tiempo juntos que gemelos siameses. Creo que sería bueno para ambos quizás empezar a salir con otras personas a veces, ¿sabes? Como, separadamente. Y… — Otro encogimiento de hombros, y tragar doloroso. —No quiero celebrar nuestros cumpleaños juntos este año. Como que quiero hacer mi propia cosa. 

En esa última petición se produjo un grito y el sonido de cristales rotos en la cocina. Estaba agradecida por la distracción hasta que me di cuenta que Ana estaba allí casi comatosa mirándonos con una mano sobre su boca y lágrimas en los ojos. El grito había sido de ella, y el vaso de agua que había estado sosteniendo ahora estaba en el suelo alrededor de sus pies descalzos en tantos pedacitos como mi corazón. 

—¡Mamá! —Ian saltó y empezó a recoger las piezas grandes de vidrio.

Fui a buscar una toalla y la escoba, pero mis movimientos eran robóticos. Mi cuerpo estaba en piloto automático porque mi cuerpo estaba bastante muerto por el shock.

Simplemente no podía entender como esto podía estar pasando. ¿De pronto la Tierra se estaba inclinando fuera de su eje? ¿Se estaban desdibujando los límites del espacio y el tiempo, causando que la realidad se divida en universos alternos? ¿ Era Park City, Utah, en secreto la Puerta del Diablo y yo había caído en el infierno sin saberlo?

Le entregué Ian la toalla y luego barrí el cristal restante, pero cuando fui a volcar el recogedor, accidentalmente encontré con una pared de músculos sólidos, sudorosos. —Lo siento —le murmuro a Jack. 

Estaba allí de pie moviendo sus ojos entre su hermano y yo, con pedacitos de galletas con chips de chocolate sin tragar que amenazan con caer de su boca abierta.

—¿Puedes correrte del camino? Estás bloqueando la papelera.

Esto lo hizo entrar en acción —Oh, correcto. Lo siento —dio un paso al costado y huyó de la cocina murmurando algo acerca de necesitar una ducha.

Lo observé irse porque era más fácil que enfrentar a su hermano.

Desde detrás mío, los dedos de Ian gentilmente agarraron los mío —Laura.

Su suave voz hizo que mis ojos quemen. Tiró suavemente de mi mano, pero yo no podía dar la vuelta todavía. Estaba a punto de llorar, y no había forma de que lo deje verlo. 

—Laura. 

Después de una buena respiración profunda, la sensación de ardor desapareció. Fui capaz de enfrentarlo y forzar una sonrisa, pero creo que mi orgullo herido fue el único que mantuvo las lágrimas a raya. 

—¿Estás bien? —preguntó Ian.

La respuesta era definitivamente no, pero de todas formas asentí. —Por supuesto. Sí, claro, estoy bien. ¿Por qué no lo estaría? Es solo un proyecto de ciencias. Como tu dijiste, me las arreglaré. En cuanto a las otras cosas, lo entiendo, y eso es genial. Si eso es lo que quieres. Supongo que podría ser divertido cambiar un poco las cosas. 

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