Capitulo Veintidos

651 40 2
                                    

Mis pulmones se apretaron en mi pecho. ¿Se sintió forzado a ser mi mejor amigo?

–Lo siento.

Nunca lo había pensado. No podría haber encontrado un mejor amigo. Cuando empecé hablar con Mindy, todo ya no tubo sentido, me gustaba. Nunca antes realmente me había gustado alguien porque siempre te tuve. Pero no me gustabas de la misma manera que me gustaba ella.

Trate de ignorar el vacío que sentía en mi estomago. –Me gustabas como una hermana–

Ian movió su cabeza. –Siempre supe que no eras realmente mi gemela, pero no sabía exactamente que eras para mí, o las dos. Eso tiene sentido?

–Yeah, supongo. Pero porque nunca me dijiste? Estuviste en mi clase junto con Mindy todo el semestre, y tú nunca la mencionaste para nada.

Ian asintió, y redujo su paso casi hasta parar. La gente en el museo pasaba entre nosotros. –Creo que ese fue mi primer error. Cuando me hice compañero de Mindy a principios del semestre, me ayudo mucho con mis discursos de clase. – Se encogió de hombros. – Me gustaba dar discursos. Fue divertido y era bueno en eso, y me gustaba Mindy porque era diferente. No te dije por que fue la primera cosa que había hecho por mi cuenta. Tú y yo hacíamos todo juntos. Esto era algo que podía hacer por mí mismo. Nunca había necesitado eso, pero una vez que lo tuve, realmente me gusto. –

Ian se detuvo enfrente de una extensa exhibición de dinosaurios, pasó su mano libre por su cabello. – hicimos muchas cosas juntos que era como si no fuera yo. No sabía cómo separarnos. No sabía quién era yo sin ti. Necesitaba algo que fuera mío, ¿sabes? Mindy y el debate eran eso para mí. Tenía miedo que si te decía acerca de ello, perdería esa sensación. –

Mire a Ian. El estaba viendo el dinosaurio pero realmente no le ponía atención. Cuando lo mire de cerca, pude ver cuán tenso estaba. No me había dado cuenta antes por los moretones que cubrían su cara, pero lucia cansado y estresado. Sus ojos y mejillas parecían un poco hundidos como si hubiese perdido algo de peso últimamente. Estaba pálido y su cabello necesitaba un corte. No había sido el mismo por un tiempo.

En ese momento me di cuenta que Ian necesitaba mi aprobación tanto como yo lo hice. No estábamos hechos para estar separados. Tal vez no estábamos hechos para estar juntos de la manera que siempre había imaginado, pero tampoco podíamos pasar el resto de nuestra vidas evitándonos.

Le di a su mano un pequeño apretón. –Yo lo hubiese entendido. Te hubiese dado todo el espacio que necesitabas.

Ian apretó también mi mano y tiro de mi hacia él. – Debí haberme dado cuenta de eso. –Dijo con un suspiro. –Lo siento mucho, Laura. –

Me encogí de hombros. –Está bien. De todos modos realmente nunca estuve enojada por eso. Solo no entendía porque tu no querías hablar más conmigo. – Mis ojos empezaron a arder de nuevo. – Era como si me odiaras. Eras mi mejor amigo. Eras la persona a quien mas quería y en quien más confiaba en todo el mundo, y de un de repente ya no eras parte de mi vida. –

Saque mi mano de las de Ian para limpiar las lagrimas de mis ojos. Camine unos pasos hacia una fuente de agua y bebí un poco de agua, incluso me eche un poco de agua en la cara. Me ayudo a aliviar un poco el pánico. Me senté en una banca y trate de poner mis emociones bajo control.

Él se sentó, dejando espacio entre nosotros como si no estuviera seguro de si yo lo quería cerca de mí.

–Fue igual para mí, sabes – Dijo, sollozando. –No sabía quién era sin ti. No creía que había una parte de mí que no te incluía. Cuando me abandonaste, fue como si la mitad de mi se hubiese ido. Primero mi papa me dejo, y después tu. Incluso no sabía cómo respirar nunca más. Si Gayson no hubiese estado ahí para mantenerme unida, no sabría que habría pasado. –

El ExperimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora