Capítulo 2

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No pude dejar de observar la cara de la empleada quien no parecía estar muy bien, parecía querer hablar con alguien de su problema y oír algún sabio consejo. Lo bueno yo estaba ahí, lo malo yo estaba ahí, yo un soltero sin vida social, ¿acaso bajar el elevador junto a Sam me daba las agallas de hablar con alguien? ... medite la situación y me decidí, una extraña sensación invadió mi cuerpo y me levanté de mi asiento, solo esperaba no salir corriendo.

-Hola, ¿cómo te llamas? Pregunté inseguro.

Ella me miró asombrada y preguntó.

-¿Quieres otro café?

Sonreí -No, en realidad no. Contesté, queriendo parecer cool.

Repetí sin parecer desesperado. – ¿cómo te llamas?

Se quedó callada, me miró fijamente, y con una lágrima resbalaba de su tierno ojo derecho dijo:  – me llamo Beatrice ¿y tú?

Esperé un momento.

-Soy Harry, dije.

Creo que sintió esa confianza para hablarme porque la cafetería estaba sola. Así que nadie hablaría de que la empleada estaba pasando chismes con un desconocido.

Estábamos solos, dos extraños que necesitábamos hablar con alguien, y éramos nosotros mismos.

Continué y dije: No es malo sentirse mal, hace que valoremos el estar bien, y nos ayuda a aprender y a ser más fuertes, yo jamás creí poder mantener una conversación con alguien y menos si ese alguien es mujer, y ahora mira, estoy hablándote...

Repetí las palabras en mi mente, no sabía de qué parte de mi cuerpo habían salido.

Creí que me iba a golpear o que me cobraría el doble del dinero por el café. Pero no. Se limpió los ojos y removió un flequillo de su dorado cabello detrás de la oreja. Yo me dispuse a escucharla todo lo que fuera necesario. Y en voz suave ella dijo:

-Lo que pasa es que terminé con mi novio, y no es solo el hecho de terminar con él, porque eso suele suceder pero ya es la segunda vez que lo hago, le termino y aunque es un buen chico no sé porqué lo hago. Me siento mal por él, me demostró que me amaba y ahora siento que no volverá a ser el mismo. Ya es algo malo que te terminen, pero que te terminen dos veces ya es peor. ¡Soy alguien terrible! Termino diciendo eso.

Yo me sentí gratamente feliz, pues alguien me había contado su problema, pero honestamente no tenía mucha experiencia en este tipo de problemas. Si me hubiera dicho que no sabía arreglar su auto, era pan comido, yo lo habría arreglado sin mucho esfuerzo. ¡Pero un rompimiento de corazón! no había escuchado de ese tema desde el jardín de niños.

Rápido pensé en una posible respuesta para no quedar en vergüenza, y lo más inteligente que se me ocurrió fue:

-Tu ex novio es un tonto.

Se quedó infinitamente sorprendida, creo que no era lo que ella esperaba, ¿ella le terminó y yo le dije que él era el tonto? ¿Qué carajos había dicho?

Pero ya lo había dicho, así que preparé mi cara y mi billetera.

Entonces me preguntó.

-¿Por qué piensas que el tonto es él?

Sonreí y sereno dije:

-Si te hubiera mantenido completamente feliz y si no hubiera hecho que tú dudaras de él, habrías estado segura de continuar con él ¿no?

-Pues sí, tal vez, no sé... pero fui yo quien... ¡ay no sé qué pensar!

Me miró fijamente a los ojos. Yo me quedé pasmado. Me sentí bien, mi primer buen consejo, bueno, no estoy seguro de que fuera bueno. Aunque al menos dejó de llorar.


Nadie es Indispensable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora