-¿Qué está sucediendo aquí?
Gritó desde la puerta quien al parecer era la jefa de Beatrice.
-Hola Clary. Dijo Beatrice riéndose al ver mi cara pálida. Tranquilo Harry, Clary es mi amiga. Es la dueña del café, pero es mi mejor amiga también, ella es quien me aconseja qué hacer.
-Ahhhh. Dije aliviado, y me volvió el color al cuerpo.
Pensé, ¿qué clase de buenos consejos le daba Clary a Beatrice? Si esos eran buenos consejos no me imaginaba los malos. Sonreí y dije:
-Hola Clary, Soy Harry, es un gusto conocerte, ya estaba por irme, no quise molestar a tu empleada.
-Tranquilo Harry, no es ninguna molestia, solo que Beatrice es un poco sentimental y a veces no sabe lo que quiere, digamos que es rara.
-¡Te oigo por si no lo recuerdas! Replicó Beatrice.
Me parecieron muy agradables. Es que, darle confianza a un desconocido, hablar con él como si se conocieran de antes, eso no lo hace cualquiera...
Terminé de tomar mi café doble, y noté que Clary me miraba seguido, yo fingí no darme cuenta. Pues era una situación rara.
En un momento Clary y Beatrice se quedaron hablando en voz baja. No sentí curiosidad de lo que decían, no hasta que vi a Clary escribir en algo parecido a una pequeña hoja donde se toman los pedidos.
-Ah, debe ser la cuenta. Me dije a mí mismo.
Al ver a esa chica vestida de negro, con ojos claros concentrada en escribir en el papel, sentí nervios.
¿Podría yo haber despertado un sentimiento en ella?
No, no, ¡apenas nos conocíamos como para pensar eso!
Fingí estar relajado, me levanté nuevamente de mi asiento y me disponía a sacar mi billetera. Entonces fue cuando Clary me dio el papel y dijo:
-Descuida, la casa invita. Y añadió una sonrisa en su rostro.
-Esperamos volver a verte por aquí Harry. Dijo Beatrice ya con tono más alegre.
Estaba rojo, completamente. Espero que no se notara mi inexperiencia con chicas.
-Sí y gracias. Fue lo único que dije.
Agaché mi cabeza, me dirigí lentamente hacia la salida, fue un poco incómodo saber que esas dos lindas chicas estarían observando mientras caminaba. Abrí la puerta, puse un pie fuera, volteé a mirarlas nuevamente, ellas aún me miraban. Sonreí, ellas lo hicieron, y nuestras sonrisas se perdieron cruzadas en el translucido vidrio de la cafetería.
Abrí la puerta de mi auto y me escondí en la silla delantera. No podía ocultar la gran felicidad que me llenaba profundamente. ¡Yo, Harry James un chico que ayer no tenía vida social, había hablado con dos chicas desconocidas en un día!
Creo que Sam era mejor Psiquiatra que el Sr. Brown. Solté una carcajada al pensar eso.
Entonces vi el reloj de mi auto, ¡faltaban 20 minutos para las 7:00 am! y se supone que debía estar en mi trabajo a las 6:00 am. Encendí mi auto, y conduje 30 minutos de recorrido hasta los suburbios de Farleiyuel. EL recorrido fue callado, todo el sonido ocurría en mi mente, recordando cada detalle de lo ocurrido.
Llegué a mi trabajo exactamente a las 7:15 am. La primera vez en los 5 años que llevaba trabajando aquí que llegaba tarde.
-Lindas tus horas de llegar Harry. ¿Dónde estabas? ¿Jugando videojuegos o comprando un auto nuevo? Dijo con una risa burlona Thomas.
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Nadie es Indispensable.
RandomHarry James, de 26 años, vive en un edificio de tres bloques en ciudad Farleiyuel. Al principio de la historia es un chico ajeno a todos, exceptuando a un único amigo, Thomas. Harry se verá envuelto en situaciones y emociones diferentes, las cuales...