Todo empezó el día que me encontré con ella. No hablaba. No escribía. Ni siquiera sabía su nombre. Un gran mar de dudas llenó mi vida desde aquel momento. Pero juro que encontraré la manera de solucionar cada problema. El día 3 de noviembre, mi vida...
Iba a levantarme pero no pude. Miré a mis lados, y Elsa y Honney estaban abrazadas a mí, aún durmiendo. Me daba lastima despertarlas. Se veían tan lindas, pero no tuve otra opción.
-Chicas, despertad. Tenemos que...- un fuerte estruendo que sacudió toda la habitación me interrumpió.
Al menos, ellas se despertaron y me soltaron, mirándome con cara desconcertada.
Di un salto de la cama y me coloqué la armadura. Elsa se levantó y, poniéndose todo lo que se había quitado la noche anterior, salió detrás de mí dando saltos por la escalera. Salimos fuera de la casa y lo que nos encontramos no fue del agrado de ninguno de los dos.
Casas destruidas, dragones volando descontrolados, fuego por todas partes... Me giré y vi la cara de Elsa. Estaba asustada, aterrorizada. Llamé a Desdentao y monté en su lomo. Cuando me disponía a salir volando, la mano de Elsa agarró mi brazo. La miré.
-No.- me dijo llena de miedo.
-Elsa, tengo que proteger Berk. Vuelve a casa.- le respondí firmemente y alcé el vuelo dejando a la chica en el suelo y enfrentándome a todo el desastre que se había formado.
(Narra Elsa)
Hipo salió volando. Me giré en dirección a casa. Entré y cerré la puerta. Subí los escalones hasta la habitación del ojiverde. No había nadie. ¿Dónde está Honney? Me acerqué a la mesa y vi una nota. Leí con dificultad.
"Estoy con el resto de los niños en el refugio. Ney"
Bueno, está bien. La habitación volvió a sacudirse. Caí al suelo dando con la espalda en este. Escuché gritos, choque de espadas y explosiones fuera de la casa. Me incorporé y me senté en el suelo, apoyando la espalda contra la pared, debajo de la ventana. Cerré los ojos y me tapé los oídos con las manos, mientras las lágrimas mojaban mis mejillas.
"Otra vez no" pensé.
(Narra Hipo)
Esquivaba flechas en llamas y rocas montado en Desdentao. Mi dragón estaba cansado, y yo también.
Miré a mi alrededor. Estábamos venciendo. El bando enemigo empezaba a retirarse, a la vez que escuchaba los gritos de enfado de Dagur.
-¡Me voy, pero esto no va a quedar así!- gritó, para después empezar a reír.
Entonces, mi dragón se sacudió y yo sentí un gran golpe en la nuca.
Caí de mi amigo y todo se volvió de color negro.
(Narra Elsa)
Me levanté y miré por la ventana. Los barcos enemigos se retiraban, y ya apenas había fuego. Sentí un tremendo alivio. Dirigí mi mirada al cielo y... ¿¡Hipo!?
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(No me ha salido tan bien como habría querido, pero más o menos?)
Caía, pero no reaccionaba. Desdentao intentaba alcanzarlo. Iba a estrellarse contra el suelo.
Me alejé de la ventana asustada.
-No.- dije preocupada frunciendo el ceño.
Corrí escaleras abajo y salí por la puerta. Hipo debía estar ya en el suelo. Aceleré el ritmo mientras corría. Ya había niños, todos hablando y reuniéndose de nuevo con sus familias. A lo lejos, vi un gran grupo de vikingos rodeando algo. No, alguien. HIPO. Gruñía por dentro mientras las lágrimas empezaban a correr por mis mejillas y corría más rápido. Tenía que decir su nombre. Quería gritar su nombre.
-Hi- hi..., AGH.- vamos, yo puedo.
Ese nombre. Ese extraño y hermoso nombre. Tenía que gritarlo. Gruñía para mis adentros al no poder decirlo. Seguí intentándolo mientras corría tan deprisa que parecía que no tocaba el suelo.
-Hi- ¡HIPO!- grité. Lo hice. Empecé a decir su nombre una y otra vez.
Llegué al grupo de vikingos y tuve que pasar empujando para llegar a él.
-Hipo, no.- susurré al verle tendido en el suelo lleno de heridas, sangrando, aún con el casco puesto, y el dragón a su lado.
Corrí hacia él y me arrodillé a su lado. Agarré el casco y tiré de él para quitárselo y, después poner la cabeza del ojiverde en mis rodillas. Tenía el labio roto y una herida en la frente y otra en la mejilla, las cuales le sangraban. Pasé mis dedos por su mejilla acariciando la herida.
-Hipo.- volví a decir. Este inhaló profundamente.
Una sonrisa se formó en mis labios. Volví a pasar mis dedos, esta vez por su labio inferior. Vi como abría un poco sus ojos.
-Elsa.- me dijo en un susurro y con la voz ronca.
-Hipo.- le respondí pegando mi frente a la suya.
Volvió a quedar inconsciente.
Valka se acercó a mí y me puso la mano en el hombro. Yo la miré y sonreí. Estoico también se acercó y cargó a Hipo en sus brazos, llevándolo a casa.
Yo me quedé de rodillas en el suelo. Agarré el casco de Hipo, el cual estaba muy dañado, lleno de arañazos y restos de sangre. Lo abracé fuertemente contra mi pecho. Sentía angustia y alegría al mismo tiempo. Sentía como mi corazón se aceleraba por momentos, también calor en las mejillas. Un sentimiento en mi estaba despertando, y me gustaba. Una sonrisa se me formó al saber lo que significaba.
¿De verdad me había enamorado de Hipo Haddock? ¿El vikingo que me salvó?
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Lo sé, lo sé. Siento mucho haber tardado tanto, y sé que prometí subir más constante. Pero lo que importa es que ya regresé.
Y ahora si que prometo subir más seguido (o al menos lo intentaré xd)
Os quiero mucho♡
Dejadme un comentario de como os pareció el capítulo y una estrellita si os gustó, y si no os gustó dejadme un comentario y una estrellita xD
En verdad los amo, ya que wattpad es mi manera de desahogarme.
