Distinta Mentalidad, Mismo Sentimiento (hiccelsa)

XXI

Después de que los chicos se enteraran de lo ocurrido anoche y prometer no decir nada, volvimos al palacio. Cada uno se separó unos repartimos distintas tareas. Yo dije que ayudaría a los sirvientes en la cocina. No me preguntéis por qué, pero me encanta cocinar. Allí sería de más utilidad que en ningún otro sitio. Pero antes quería ver a Elsa. Subí a la habitación, pero estaba vacía. La busqué por la mayoría de las estancias de aquel inmenso castillo. Parecía que no hubiera fin en todas aquellas puertas. Pasé por delante de la puerta donde ayer nos recibió Esteban. Pareciera que ya habían pasado semanas. Resoplé, pero escuché voces dentro de la gran estancia. No pude evitar apoyar la oreja en la puerta y escuchar la conversación que se mantenía dentro del gran salón del trono.

-¿Entiendes lo que digo?

-Sí. Pe pero que lo entienda, no no quiere decir que lo acepte.

Esa era ¿la voz de Elsa? Con Esteban.

-Elsa, mi amor, por favor. Ya sabes que es por tu bien. Por el bien de todos, del reino... Y sobre todo por Hipo.

-¿Hipo?

¿Yo? Pero, ¿qué está pasando? Mientras intentaba seguir escuchando un guardia pasó y me miró extraño arqueando una ceja. Yo puse mi dedo sobre mis labios indicando silencio, y el guardia hizo un gesto sin importancia y siguió caminando. Sentí alivio y seguí prestando atención.

-Lo intentaré, pero no prometo nada.

-Muy bien, Els. Pero ya sabes que...

-Lo sé. Haré lo que pueda.

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Hola. Siento haberlas abandonado durante tanto tiempo y, la verdad, esq a penas sé como continuar la historia. Espero que me perdonen.

Muchos besos y espero que sigan apoyando la historia como lo han hecho hasta ahora.