Capitulo especial: Un mercenario como ninguno

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¿Saben una cosa? Olvidémonos por un momento de la historia principal y de todas esas cosas místicas y extrañas. Concentrémonos en lo que más importa, así es, ¡yo! Les voy a contar uno de mis muchos trabajos como mercenario, una historia que viví hace unos días antes de mi viaje al pueblo sin nombre.

Pero, esta vez no seré yo el narrador, le daré el privilegio al escritor para que sea él quien narré esta parte. Pero antes de empezar primero tengo que poner una nota de advertencia, créanme, yo no quería hacerlo, pero mi corrupto abogado me dijo que era necesario para evitar que los menores de la audiencia no lean esto sin antes ver la advertencia. Bueno, prepárense porque esta mierda se podrá buena:

ADVERTENCIA

Esta parte contiene lenguaje soez, violencia sin sentido, y vulgaridades a chorros y orgasmos que da gusto.

Si eres uno de esos niños llorones de mami que no tolera lo antes mencionado, te recomiendo que evites esta parte y te vayas a leer fanfics de tus series y animes favoritos, o si eres de esas niñas con las hormonas alborotadas, puedes irte a leer fancis yaoi sin sentido de tus series infantiles favoritas. No quiero hacer spoilers de alguna de ellas, pero Bill se lo mete bien duro a Dipper ;) .

Era una noche de mierda, de esas en las que preferirías cogerte a una vaca que tener que pasarla fuera de casa. Aquella noche era lluviosa, y se podía ver a la gente corriendo y resguardándose del agua, debido a que los putos del pronóstico del clima se equivocaron al decir que no llovería. Todas las tiendas, kioscos y mercados estaban ya cerrando sus puertas, para que sus agotados empleados pudieran descansar en sus casas, sentados tranquilamente en sus sillas mientras se masturban viendo los perfiles femeninos en Facebook.

El único lugar que aún se mantenía abierto, era un restaurante chino ubicado en las zonas bajas de la ciudad. Lo que no tenían en buenos platillos lo tenían en elegancia y limpieza, sin embargo eso no tardó en ser ignorado por los clientes ya que, a la hora de la verdad, lo que realmente importa en un restaurant es su comida, no su elegancia. Sin embargo, la fama de ese lugar aumentó impresionablemente de la noche a la mañana, era como si un burdel de primera clase estuviera ofreciendo cogidas a mitad de precio. Los chinos cocineros dijeron que su éxito fue gracias a un platillo que crearon a base de una carne que prefirieron no dar explicación sobre ella. Aquellos chinos estaban ocultando algo, algo realmente aterrador, y es aquí, cuando un mercenario de grandes huevos recibe la llamada de una mujer viuda que le encarga, traerle algo valioso.

Restaurante chino, 11:30 pm...

--Honorable señol Cheng, estamos listos pala selal—dijo uno de los cocineros

--No sin antes metel las soblas de la calne en el congeladol—respondió el jefe

--Ya está hecho señol, la calne esta gualdada y sellada con candado en un lugal donde el inspectol de sanidad nunca lo vela—

--Excelente, eso nos evitala problemas con la ley, si quelemos que el negocia plospele, debemos conseguil mas calne—

--Pelo honorable señol, nuestro ploveedol tuvo que escapal de la ciudad polque la policía lo descublio tlansportando la calne—

--Entonces debel tomal las medidas planeadas por el honorable superior—

--¿No estala pensando en hacel...?—

--...Si sel necesalio, háganlo sin protestal--

De repente se escucharon unos disparos provenientes de la sala principal. Uno de los camareros fue corriendo muy asustado a avisarle al jefe lo que había sucedido:

La muerte negra (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora