El burdel de Tsuzuku

Capítulo 7

No sabía si lo estaba haciendo bien, no sabía si Yuuki estaba pensando que era un idiota u otro cliente baboso entre tantos, pero solo quería redimirme por la última noche, intentar reconstruir mi ego desmantelado con la punta de mi lengua. Porque soy un hombre y debo cumplir como tal, ¿verdad? O eso dicen. Aunque por supuesto me había callado esto delante de todos mis amigos y les había dicho que ''había triunfado''.

–Hiyuu...–mi nombre saliendo de sus labios, solo puedo mirarlos; completamente rojos, mitad por el beso mitad por el pintalabios corrido

–Sí...el dinero.–me apresuré a sacar el sobre y metí las manos bajo su falda para dejarlo dentro de su ropa interior–Toma, todo tuyo.–

No es que estuviera intentando dármelas de dominante supremo, que también un poco, solo es que la maldita viagra me había hecho tener una erección que mejor ni os la cuento...cómo dolía aquello. Necesitaba tocar y que me tocaran, no podía simplemente dejarme hacer como la última vez.

–Bien...voy a...al baño...–él tampoco tenía la misma actitud de la noche anterior, se le veía incluso algo desorientado, ¿no se encontraría bien?

–Claro, ve tranquilo...–me senté en el borde de la cama

**

–...–apoyé mi espalda en la puerta del baño y me quedé mirando a ninguna parte

Qué acaba de pasar aquí, Yuuki.

Quería mojarme la cara para despejarme un poco, pero eso echaría a perder aún más mi maquillaje, así que simplemente arreglé un poco mi boca y conté el dinero tan deprisa que no estaba seguro de si lo había hecho bien. Le mandé un mensaje a Tsuzuku diciéndole que no hacía falta que me esperara, que esto pintaba para largo, pero insistió en que se quedaría en el aparcamiento leyendo o lo que fuera.

Salí del baño intentando recomponerme aún y mi sonrisa salió más forzada de lo habitual. Hiyuu se puso de pie.

–¿Estás bien?–me preguntó, humanizándome

Esa era la palabra, humanizar.

–Sí, sí...–y respondí como una persona, tanto que me sentí algo desubicado de nuevo

¿Debería preguntarle qué es lo que quiere que haga? ¿Cual era el protocolo, por qué estaba yo aquí? No...no lo sé.

Esta vez él se acercó a mí.

–Me gusta tu vestido...–dio un pequeño toque al cascabel de mi cuello para hacerlo sonar, ding~

En este momento debería de haber dicho algo como ''Puedes quitármelo...Soy todo tuyo'' Pero no, las palabras no salían de mi boca. Y eso nunca me ocurre a mí, soy un maldito profesional del sexo.

–Gracias...–empecé a desabrochar los botones de su camisa lentamente, como si me diera vergüenza o algo, y él me ayudó

–¿Puedo hacértelo...con él puesto?–me pidió, y me pareció tan dulce que no pude evitar acariciarle el pelo y asentir

Así da gusto trabajar... ¿no?

Le quité la camisa del todo y empecé a besar su pecho despacio, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo para ''hacer el amor''.

–A veces pareces una mujer, de verdad...–agarró mis muñecas y me apartó un poco de él para poder besarme de nuevo

¿Se suponía que eso era un cumplido? Fuera lo que fuera me lo tomé como tal. Me tumbó en la cama para seguir besándome tumbado sobre mí y la situación en mi entrepierna empezó a levantar un poco mi falda, esa imagen siempre se me ha hecho extraña.