El burdel de Tsuzuku

Capítulo 13

Ya estamos a principios de enero y me enorgullece comunicaros que ya tengo un par de clientes que ''quieren repetir'' conmigo. No son muy guapos y no huelen muy bien pero al menos me pagan, y Tsuzuku tenía razón, al final me estaba acostumbrando a esto... Todos se habían volcado en darme muchos consejos para que mejorara, y ya no había vuelto a tener nauseas ni nada parecido.

Hoy se me presentaba un nuevo reto, otro cliente más para mi lista. Esperaba un señor de la tercera edad que quisiera que me sentara en sus rodillas y lo llamara papi, pero en cuanto abrí la puerta me encontré algo muy diferente.

–Buenas noches, Koichi.–un tipo larguirucho, con un cigarrillo en la boca, parecía alguien de una mafia o algo parecido

–Buenas noches...esto...–mierda, Koichi, tenías que haber memorizado su nombre

–Ryou.–apagó el cigarro en el cenicero, y se acercó a mí

En ese momento todo se paró y se replegó sobre sí mismo, y sentí como si me hubieran cortado la respiración de un puñetazo en el estómago. Este tío... ¿qué tiene?

–...Ryou...–

–Eso es.–posó sus dedos en mi mejilla, helados, pasándolos por mi labio inferior, parecieron arder entonces

–Qué es lo que desea...–

–A ti.–ni siquiera le hizo falta decirlo muy alto, simplemente...me tuvo de rodillas en los siguientes minutos

Y no solo literalmente. Por primera vez desde que había empezado con esto, había tenido sexo real, sexo placentero, casi como si Ryou hubiera intentado satisfacerme a mí.

–Ha estado muy bien.–dejó el sobre con el dinero sobre la mesilla, mierda, se me había olvidado hasta pedírselo–No le digas a nadie que no has seguido el protocolo o te regañarán–se vistió rápidamente, sin darme tiempo a rogarle que se quedara, por alguna razón quería hacerlo

–R...Ryou...–ya había azotado la puerta–Dios...–me dejé caer en la cama–Ryou...–me enredé en las mantas, aspirando su olor, pesado pero agradable...

**

Había pasado todas las navidades dándole vueltas a lo de la cita con Hiyuu y observando su número de teléfono como si fuera lo más interesante del mundo, y finalmente me decidí a llamarlo, y ni siquiera me molesté en ocultar mi número.

–¿Mm?–su voz al otro lado de la línea sonaba medio dormida

–¿Hiyuu? Soy Yuuki...acepto la cita.–

No nos habíamos vuelto a ver desde lo del hospital, suponía que no podría pagarse algo como yo a menudo de todas formas.

Quedamos en uno de esos lugares de reunión de masas en el que los adolescentes campaban a sus anchas haciendo compras y besándose en los bancos. Pero nosotros ya no formábamos parte de eso, ¿no? Algunos me miraban como: ''¿Qué hace esta tía de pelo rosa aquí en medio?''

Había dudado si ponerme el vestido que me regaló Koichi por navidad, quizá a Hiyuu le chocara un poco y prefiriera dejar esas cosas apartadas para los juegos de cama... Así que después de pensarlo mucho me enfundé unos pantalones y una americana, aunque me sentía algo fuera de mí con ello.

Llegó con diez minutos de retraso; corriendo y disculpándose:

–¡Perdón es que el tren se ha retrasado lo siento Yuuki-san!–

–Está bien, está bien.–

–¡Vamos por allí! He pensado que...podríamos ver una película o algo así... ¿Qué tipo de películas te gustan?–