El burdel de Tsuzuku

Capítulo 21

No había podido hablar con Yuuki de lo de Tsuzuku y yo ya que tenía que asistir a mi cita con Ryou, pero...quizá era mejor no hablarlo después de todo. Digo, Yuuki le había dejado claro a Tsuzuku que no quería nada con él...estaba enfadado...y yo...bueno, a mí me gusta Tsuzuku y Yuuki lo sabe... No tenía "derecho" a estar molesto conmigo, aunque sabía que lo estaría en pequeña medida... Quizá lo mejor sería decirle algo como "mira, hoy con Tsuzuku he sentido algo bueno...por su parte también, y quiero seguir con esto para ver a dónde me lleva." Yuuki y yo somos amigos, ¿no? Lo entenderá...querrá que yo sea feliz como yo quiero que él lo sea...

Sin darme cuenta ya había recibido el sobre con el dinero de Ryou y nada fuera de lo normal había ocurrido. Estaba tan emocionado pensando en qué pasaría con Tsuzuku mañana que ni siquiera hablé con mi cliente y me lancé directamente a su camisa, hoy iba a ser un buen día sexualmente hablando, ¿eh? Redondo.

–Koichi espera.–pero me apartó las manos–Hoy no...quiero eso.–

–¿Me quito la ropa yo mejor? ¿O quieres hacerlo con ella puesta?–

–No, siéntate...necesito hablar.–

Oh vaya... ¿le habría pasado algo grave? Me senté en la cama con él dispuesto a escucharle.

–¿Qué te ocurre Ryou-kun? Me estás preocupando...–

Lo cierto es que nunca había dejado pasar una de nuestras citas sin sexo, algo malo debía de estar rondando su cabeza.

–No nada...estoy un poco preocupado con cosas personales y había pedido verte para distraerme...–suspiró

–No eres de contar tus cosas entonces...–

–No mucho... ¿tú sí?–me miró a los ojos

–Bueno, depende de con quién, supongo. Tampoco tengo muchos amigos.–

–Claro, se las contarás a tu novio.–

–¿Eh?–eso me había pillado por sorpresa–No tengo novio.–

–¿Ah, no? Como te había visto con...esa cara de enamorado...pensé que lo tendrías, además eres muy guapo.–

–Ah...–sonreí sin quererlo–Eso es por otra cosa.–

–¡Estás enamorado!–pareció emocionarse

–Nono, a mí me gustas tú bobo.–le acaricié la mejilla, no hay que perder la cercanía con el cliente

–¡Yo quiero que me cuentes! No soy un cliente tonto, quiero escuchar, tú también me escuchas.–

La verdad es que él nunca me había molestado mucho con sus problemas ni nada parecido, no era ese tipo de cliente y lo agradecía, porque tengo bastante con los míos como para escuchar las angustias de la gente. Soy puto, no psicólogo.

–Mm...hay una persona que me gusta...supongo.–

–¿Un cliente? ¿Pero no hay normas para eso?–solo le faltaban las palomitas

–Nono, es...justo lo contrario.–me reí al imaginarme a Tsuzuku contratando servicios de este tipo en lugar de ofrecerlos

–¿Un compañero de trabajo entonces? Qué fuerte. Yo solo te he contratado a ti, no conozco a ninguno más, pero imagino que serán...atractivos.–

–Si tú supieras...–rodé los ojos

–¡Quiero saber!–me miró, dispuesto a escucharme atentamente–Háblame de ellos.–