Capítulo 1.

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  • Dedicado a Ariadna Roca Esteve
                                    

Última semana del curso. Último año del colegio. Suena en mi móvil "Pretty Woman" de Roy Orbison. Abro los ojos. Son las 7 am. Me levanto de la cama, no despierta del todo y me dirijo hacia el baño. Abro el grifo del agua caliente, aunque sea verano, yo siempre me ducho con agua caliente. Cierro la puerta y le subo el volumen a la canción. Me miro en el espejo y hago como si el cepillo de dientes fuera el micrófono: "pretty woman yeah yeah yeah, pretty woman look my way, pretty woman say you'll stay with me, cause i need you tonigh, uh!". Ahora el espejo está empañado. Ducha rápida, me peino, sin perder el ritmo de mi canción favorita. Un poco de rimel y un donut de chocolate para desayunar por el camino. Las llaves del coche, las de casa, el móvil, la mochila y fuera. Arranco mi Mini Cooper rojo, cortesía de mis padres, por mi 18 cumpleaños, el pasado 1 de Enero. Pongo un disco que tengo en el coche para animarme por las mañanas. Pista 8. "Ven comnigo" de Christina Aguilera. Les mando un Whatsapp a mi madre: <>. Mis padres han aprovechado que la semana que viene me voy a Cancún para irse quince días a París. Sola en casa una semana entera. Y luego el viaje más esperado desde que tengo uso de razón. El móvil vibra. <<Cariño, nos has despertado. Pasa un bonito día. Te queremos.>> Subo el volumen de la radio, ahora soy yo la que toco el claxon. Desde que tengo coche, por las mañanas, recogo a Valentina para ir al colegio. Es una pesada. Otro bocado al donut. Baja corriendo la cuesta, riéndose, como siempre. Ha vuelto a cambiar el uniforme, se ha cortado un poco más la falda y ahora innova con una americana y una pajarita, en vez de la corbata, a conjunto una diadema. Valentina está obsesionada con la moda. Pero tiene mucho estilo. Ella misma se compra la ropa y la retoca a su gusto, a veces, también me ayuda a sacar más partido de los conjuntos. Siempre va adecuada para la ocasión. Abre la puerta y sube al coche. Ahora empieza su sesión de maquillaje con el espejo desplegable del Mini.

- Hola Sofi... ¿Vamos?.- Me dice risueña, comiendose el último trocito de donut.- Mmmmmm... riquísimo.

- ¡Vamos!.- Le contesto un poco enfadada.

De camino al colegio, las dos, cantamos como locas. Nos reímos. Estamos felices. En una semana, nos vamos a Cancún. Hubiera podido quedarme en casa, poniendo la excusa de que estoy enferma, y así tener una semana de vacaciones anticipadas, pero eso conllevaría perderme la semana de organización del viaje, junto a Valentina. Y eso no podía ocurrir. Tenía que ser todo, perfecto.

Llegamos tarde, como siempre. Tocamos dos veces a la puerta. Mierda. Tenemos clase de inglés a primera hora.

- Pasen señoritas.

Cruzamos la puerta, un poco intimidadas. Lo primero que hago, es mirar hacia el sitio de Alex, allí está él, hablando con Natalia, su novia. Mi enemiga. La odio. No porque esté con el chico que me gusta, si no, porque me ha hecho mucho daño. Ella era mi mejor amiga. Hace cinco años, mi madre pasó una época deprimente, determinante en las vidas de mi familia. Mi abuela, su madre murió de cáncer, y ella cayó en una terrible depresión. Empezó a beber. Ingresó en la clínica de desintoxicación, seis meses, en los cuales, estuve tres sin poder ni verla, ni hablar con ella por teléfono. Y otros tres, viéndola, solamente, cuatro veces al mes. Lo pasé, francamente mal, y se lo conté todo a mi mejor amiga, Natalia. Al poco tiempo de eso, se enfadó conmigo, porque Alex había dicho que yo le gustaba. Empezó a criticarme. Insultarme. Pero, lo peor, no fue eso... colgó mi historia, la de mi madre, en su blog. Yo no quería que se hubiera enterado nadie, pero ella lo hizo público. Al día siguiente de eso, todo el mundo estuvo muy receptivo conmigo, me sonreian, me daban abrazos. Escuchaba frases como: <>. Yo no tenía ni idea de que ocurría hasta que llegó la noche. Me llamaron al teléfono. Era Alex. Estaba esperándome en la puerta de mi casa. Bajé con el pijama. Me llevó en caballito hasta un parque cercano. Nos queríamos, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. Estaba bastante sorprendida. Cuando llegamos al parque me besó. Me dijo que me quería. Y que quería estar conmigo en los momentos difíciles. <<Déjame que te ayude con lo de tu madre>>. Esa frase fue la que me dejó atónita. Le comencé a preguntar como lo sabía, y me contó la historia del blog. Me fui corriendo a mi casa. Lo primero que hice en llegar a mi habitación, fue encender el ordenador. Meterme en el blog de Natalia y leer mi historia. Me quise morir. Mis ojos se llenaron de lágrimas agrias. No sabía que hacer, sentía impotencia. Todo el mundo lo había leído, y por eso se me acercaban. Por pena. Estuve casi un mes sin aparecer por el colegio. No recibía visitas, ni contestaba llamadas, ni respondía mensajes. La soledad fue mi única compañera. Jamás, lo he pasado peor. El primer día que llegué al colegio, después de todo esto. Natalia se abalanzó a abrazarme. <> Le dí un puñetazo en la nariz, tal, que le empezó a sangrar. <>. A partir de ese momento, no le volví a dirigir la palabra. Entonces apareció Valentina. Y menos mal. Al mes, empezaron a salir Alex y Natalia, y a los 2 meses después, mi madre salió del hospital.

Vacaciones en Cancún.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora