Capítulo 2 : Encuentro Inesperado

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Por fin había llegado a España, camino por el aeropuerto listo para irse a su hotel, tomo un taxi y llegó, a decir verdad no estaba cansado como pensó que lo estaría, entonces recordó que ahí tenía un amigo que hacia un tiempo se había mudado a ese país, lo llamo quería salir.

— Hola Leonel.

— Samuel eres tú, que pasa, porque me llamas seguro es muy tarde allá.

— No amigo estoy en España.

— De veras, porque no me avisaste

— Pero lo estoy haciendo ahora

— Hermano tenemos que salir —dijo muy animado Leonel.

— Precisamente para eso te llamo, hace mucho tiempo que no salgo a algún lado, ni siquiera en Houston.

— ¿Mucho trabajo?

— Entre otras cosas, que luego te contaré —dijo refiriéndose a lo de Andrea.

— Esta bien en donde estas para pasar por ti conozco un lugar genial —Samuel le dio la dirección y luego colgó.

Leonel pasó por Samuel a su hotel y los dos se dirigieron a una disco.

— Te va a encantar —dijo Leonel mientras los dos entraban y miraban el ambiente, algunos estaban bailando ya, otros tomando en la barra— mira allá hay espacio vamos a sentarnos.

— Claro —dijeron y caminaron.

Ambos pidieron sus bebidas y empezaron a tomar.

— Cuéntame de tu vida entonces, que te trae por aquí —preguntó Leonel.

— Negocios, mañana tengo una junta importante y pues ya estoy aquí.

— Porque tengo la sensación que no eres el mismo de antes, el que yo conocí.

— Leonel no te puedo mentir, estoy mal —dijo tomando un trago— hace un año... murió mi novia y talvez es tonto pero... ella era todo para mí, aun no la olvido.

— Lo siento mucho —dijo poniendo su mano sobre su hombro.

— Ya dejemos ese tema –dijo Samuel obligándose a sonreír— si vine por negocios pero quiero también divertirme un poco.

— Claro hermano.

De pronto llegó una chica muy guapa y le pregunto a Leonel si quería bailar con ella, a lo cual él acepto, dejando solo a Samuel, entonces él se preguntó en lo bonito que hubiera sido estar ahí con Andrea de vacaciones, ella ocupaba la mayoría de sus pensamientos mientras no estaba pensando en los negocios, a pesar de haber pasado ya un año aun recordaba su rostro, su sonrisa, su forma de ser, era extraño porque la mayoría de las personas olvidan esos detalles con el tiempo, mientras seguía pensando en ella reflexiono sobre lo que Andrea pensaría de él ahora si lo viera así, sin duda se sentiría triste, ella lo amaba y quería que el fuera feliz, recordó su vida ese último año, a pesar de estar aparentemente bien realmente no lo estaba, pero era porque el mismo se hacía daño, oponiéndose a seguir con su vida sin Andrea. Vio lo afortunado que era, tenía dos hermanos, dos cuñadas que lo apoyaban incondicionalmente y aun abuelo que lo había adoptado como su nieto, nunca le había faltado nada y se sintió afortunado también por tener aunque fuera por poco tiempo el amor de una mujer excepcional, una mujer que lo amo y que fue y siempre seria el amor de su vida, sabía que tenía que seguir, talvez más adelante encontraría a alguna mujer pero no ahora, talvez ese viaje le serviría para poder cambiar, nunca la olvidaría era claro pero muy en el fondo sabía que algún día tenía que seguir con su vida, sonrió, ese regalo era el que le daría a Andrea... ser nuevamente feliz.

De pronto volteo su vista hacia un lado y lo que vio lo dejo paralizado, atónito, una chica estaba en medio de la pista bailando sola, esa chica con cabello negro, largo, lacio, alta, pero con un rostro que él conocía, el rostro de alguien que ocupaba sus pensamientos... era el rostro de Andrea, primero pensó que era una alucinación, pero la veía seguir bailando y las personas a su lado al parecer también la veían entonces lo descartó, la seguía viendo talvez como descifrando algo, sin poder moverse, la pista había terminado y ella se perdió entre las personas.

— ¡Andrea!, espera no te vayas, ¡Andrea! —gritó mientras corría tras ella empujando a las personas que lo veían mal.

Mientras corría no pensó en las posibles explicaciones razonables que pidieran explicar esa situación como por ejemplo ese estudio que no se sabe si es verdad pero que dice que en el mundo existen siete personas parecidas a ti en otros países, o que en verdad solo lo estaba imaginando, que la chica que vio no tenía el rostro de Andrea que solo se le parecía un poco, pero a él no le importo solo quería comprobar si era ella, si era su amada Andrea, pero en esa disco habían muchas personas y por más que quiso seguirla la perdió, se paró y miro había todos lados pero no la encontró.

—Samuel que pasa —dijo Leonel.

— Es que vi a... —sonrió comprendiendo lo absurdo que sería decirle que había visto a Andrea— nada vamos.

— Ok —dijo Leonel sin ponerle importancia.

Luego de unos tragos más y porque Leonel vio que Samuel ya no estaba pasando bien decidieron irse, Leonel nuevamente llevó a Samuel a su hotel para que descansara.

— Si tienes un tiempo libre luego de tus negocios me llamas ya lo sabes —dijo Leonel.

— Claro lo haré —respondió dándole un apretón de manos— gracias.

Ya en su habitación pensó en la posibilidad de que esa chica que vio en la disco fuera Andrea, absurda idea, eso no podía ser posible, talvez se parecía o simplemente su mente creo esta ilusión, fuera como fuera, el tomo eso como una señal, porque precisamente el momento en que decidió rehacer su vida le sucedía esa situación, talvez Andrea no quería que él la olvidará, no quiso pensar más, el día siguiente tendría una cita importante y tenía que dormir y así lo hizo.

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Hola a todos se que es corto el capítulo pero espero les guste, también quiero que sepan que no publicaré capítulos 1 vez por semana o mientras pueda pero he estado un poco ocupada, sorry comprendanme y no me odien, gracias por el apoyo, los quiero.

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