Jamás había conocido un chico tan frío y serio.Pero él lo era y por alguna razón me gustaba por ello.
Justo ahora me encontraba dormida en mi habitación de la Mansión.
Claramente oí como alguien abría la puerta.
Perfectamente supe que era él por su inigualable aroma.
Fingí que seguía durmiendo aunque en realidad no lo había logrado en toda la noche.
Escuche sus pasos lentos y elegantes.
Se detuvo frente a mi y tomó asiento a un lado, con la delicadeza necesaria.
Esperaba que hiciera algo pero sólo oía el ritmo de su respiración.
-Te quiero- dijo despues de un largo tiempo y depósito un beso en mi frente.
Estaba asustada, a pesar de que él había dicho que nada pasaría o cambiaría entre nosotros, estaba completamente segura de que mentía.
Después de eso salió del lugar.
Quería decirle que se quedara a mi lado pero ya no me escucharía.
Era muy tarde.
A la mañana siguiente Charles fue el primero en informarme que Erik y Raven se habian marchado en la noche y que lo último que había dejado él era una carta para mi.
Firmada como Magneto.
Con eso supe que jamás recuperaría a mi chico de nuevo.