➡ Capítulo 8

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Capítulo VIII

Pido un ponche y me lo bebo intentando volver a regular mi respiración. No debería afectarme. Ese pensamiento se cuela en mi mente y me muerdo el labio inferior. Llego a la conclusión de que mientras tenga hormonas a cualquiera le alterará algo así, ¿no?

Luego voy al baño y espero en la cola. Cinco minutos después entro y hago mis necesidades antes de lavarme las manos y salir. Camino con la vista baja, pero de pronto choco con alguien. Elevo la mirada para ver sus ojos chocolate.

—Perdón, no te vi —me disculpo.
—No pasa nada —dice. Trago saliva cuando soy consciente de la distancia entre los dos. Otra vez su mirada bajo a mis labios y yo no si alegrarme o entristecerme.

Hace años no era tan directo. Recuerdo los meses que le costó que yo accediera a salir con él. La verdad, es que debo admitir que no soy de las chicas fáciles, al contrario, me gusta que los hombres vayan durante un tiempo detrás de mí. Aunque no con mala intención.

—Quiero besarte —dice de repente. El aire se me escapa y de nuevo no se si alegrarme o irme corriendo de aquí. Él sabe perfectamente que a mi me guata que los hombres insistan.

—No —digo más desafiante de lo que esperaba. Miro fijamente sus ojos. Creo ver un atisbo de sonrisa, pero pasa tan rápido que no estoy segura.

—¿Por qué? —pregunta.

—¿Por qué sí? —se que debería decirle que tengo novio, pero algo me hace callarme ese dato tan revelante.

—Tu también quieres —acaricia de nuevo mi mejilla y yo estoy a punto de reírme en su cara.

—Muy equivocado estas. Tu sabes que la gratificación instantánea no me va —digo recordándole que quiero que los chicos se molesten un poco antes de aceptarlos.

—Lo sé, no lo olvidé —dice con esa voz tan suave que provoca querer ceder en todo lo que diga. Pero yo ya pasé por eso.

—¿Entonces?

—Bueno —dice acercándose—, las personas cambian —pone las manos en mis hombros y baja por mis brazos.

—Yo no —replico antes de zafarme de él y alejarme. ¿Pero qué le pasa? Yo no lo recuerdo así...

—Solo un beso —insiste cogiéndome del codo con suavidad.

—¡Que no! —insisto— ¿Qué te pasa? No te recordaba tan directo e insistente.

—A lo mejor es que no me conocías tan bien como creías —dice arrogante. No me cabe duda, ha cambiado más de lo que estoy dispuesta a admitir.

—Te conocía muy bien. Eres tú, que parece que te has vuelto arrogante y desesperado —digo con soltura y sin arrepentimiento. Me sale solo hablarle con familiaridad, es así como hablábamos.

Su semblante cambia notablemente cuando menciono eso último. Su mirada seductora desaparece y creo que con él, el deseo de querer un beso. Se aleja de mí mientras yo observo perpleja su cambio ante mis ojos.
—Entonces adiós. No eres tan importante —con el mentón en alto se da la vuelta y se va. Yo, aún asombrada, sonrío. Eso me solía decir cuando algo iba mal en él y quería alejarse.

—Eso veo —murmuro antes de volver con mis amigos.

—Bueno jefa, ¿dónde te metiste? —cuestiona Jordan.

—En ninguna parte, aquí estoy de nuevo para vigilarte.

—No por favor. Toma —me da un vaso con una bebida oscura y yo me lo bebo. En otras circunstancias, no tomaría bebidas de extraños, pero Jordan se ha ganado mi confianza.

Deseo Devastador © (Deseo Libro #1) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora