Shantal Slytherin Ravenclaw 《Draco Malfoy》

Capítulo 9

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¡Síganme! ¡rápido! hay que ir a donde están ellos —mencionó Draco tomando mi mano para trotar, sentí una corriente que erizo mi espalda.

—Bien —murmuré nerviosa.

Daphne hizo una cara burlona, le saque la lengua.

Cuando nos vimos con Zabini, este estaba con Crabbe y Goyle cuidando a Potter, Granger, los hermanos Weasley, Longbotton y Lovegood.

Los escoltamos hasta la oficina de la directora.

—Umbridge nos amará —exclamó Draco orgulloso, rodé los ojos al escucharlo.

Cuando llegamos Malfoy y Zabini agarraron de los hombros de Potter y Weasley, así que agarré del hombro a la chica Weasley.

Umbridge empezó a interrogarlos del por qué hicieron el ejercito de Dumbledore, pero claramente ninguno decía nada.

-Bueno si no me quieren decir, la maldición cruciatus te aflojara la lengua —dijo Umbridge viendo a Potter.

Nos vimos impresionados.

—El ministro no se lo permitirá — exclamó Granger.

—Ojos que no ven, corazón que no siente —dijo y bajó la fotografía de Fudge.

Sacó la varita, estaba apunto de decir la maldición, pero Granger la interrumpió.

—¡Dile Harry! si no se lo dices tu, se lo digo yo —exclamó desesperada.

—¿Decirme que? —cuestionó la directora.

—El arma secreta de Dumbledore —dijo y Umbridge la vio interesada —. La guiaré —propuso seria.

Así que se llevó a Potter y Granger, ordenándonos que cuidaramos a estas "sabandijas"

—¿Qué haremos con ustedes? —preguntó Draco cínico.

Lunática empezó a cantar, pero Pansy jaló de su cabello para que se callara.

Ron carraspeó exageradamente y sacó unos dulces.

—¿Qué haces? —preguntó Goyle.

—Comedor dulces —respondió con con obviedad.

Crabbe y Goyle se los arrebataron riendo y se comieron los dulces. Cuando los tragaron hicieron una mueca extraña y rápidamente empezaron a vomitar.

—Que asco —chilló Pansy empujando a Lovegood.

Tomé fuerte el hombro de la chica Weasley.

—Por favor —susurró viéndome. La vi impotente y la solté disimuladamente.

Ellos se vieron y salieron corriendo.

—Draco —llamé.

—Iré por ellos —dijo, pero antes de que se fuera tomé su mano.

—No, cuida a tus gorilas, yo iré —dije y me dispuse a salir, pero él me agarro la mano.

—Ten cuidado —dijo y estampó sus labios con los míos.

Cuando nos separamos, lo vi impresionada. Los demás no se dieron cuenta ya que estaban ayudando a los gorilas.

Draco me guiño un ojo y me soltó la mano, le sonreí y fui corriendo tras ellos. Llegué al puente en donde estaban peleando.

—¿Y como iremos allá? —preguntó Granger.

—¿No es obvio? iremos volando —mencionó Luna sonriendo.