Mi Jefe

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Su mirada me cautiva, sus labios me llaman y mí cuerpo pide a gritos ahogados el suyo ¡Mierda! Este deseo por el puto de mí jefe no me llevará a nada bueno. Es arrogante, frío, soberbio y engreído ¡Venga Tia! Tienes suficientes motivos para odiarlo, como aquella vez en la que te dejo completamente encendida en ese ascensor, solo por minutos sostuve la gloria en mis labios. Me presento, mí nombre es Alejandra Smalls y soy la perra secretaria del jefe de jefes, si, el guapisímo pero gran idiota, el señor Jackson.

Acomodo mí falda de tubo, está más arriba de mis muslos, mí camisa mangas largas ajustada y mis zapatos negros de tacón me permiten no lucir tan desgraciadamente aburrida, como las demás. Pienso que la relación de jefe a secretaria, no pasa solo en las películas. Él me desea, lo puedo notar en la maldita forma en que me mira y analiza el cuerpo ¡Joder! Sus ojos son como grandes rayos láser, me quema la piel y me lleva al deseo más insano en el que pueda estar metida. Ladeo la cabeza, reacomodo mí postura, suspiro e intento tener una sonrisa y expresión grata, me cuesta este mundo y el otro, repito, mí jefe no es el mejor de todos. Toco dos veces la puerta y una voz me da el permiso de entrar. Giro el picaporte con cuidado de no tirar la bandeja que tengo entre mis manos, me encuentro a un hombre con rizos y tras un escritorio luciendo trabajador y, sexy.

— Señor Jackson, le he traído el café de cada mañana -Su mirada me intimida.

— Muchas gracias, señorita Smalls -Dice con voz rasposa.

Coloco la bandeja en su escritorio y dejo la servilleta encima de éste y luego la taza de café sobre el pañuelo blanco.

— Con su permiso -Digo con algo de presión, no ha apartado su mirada color marrón de mí. Doy la vuelta para irme.

— Espere, señorita.

Doy la vuelta para mirarlo, mí corazón golpea sin piedad mí pecho ya que me he dado cuenta que si me detiene cuando le traigo su café por las mañanas, es porque recibiré un puto sermón de su parte.

— ¿Si, señor Jackson? -Estaba nerviosa.

Él se levanta y va tras mí espalda para pasarle el seguro a la puerta, luego se voltea y siento su respiración en mí cuello.

— ¿Has soñado conmigo, Alejandra? -Susurra tras mí cuello y mí maldita respiración se torna agitada ¡Carajo! ¿Cómo lo ha descubierto?

— ¿Q-Qué? –Titubeo.

— Has escuchado perfectamente.

Giro y su respiración llega de golpe a mí rostro, estamos cara a cara, haciendo un fuerte contacto visual.

— ¿Quién se lo ha mencionado? -Respondo nerviosa.

— Digamos que... Tengo el poder de oír conversaciones.

¡Ha escuchado lo que le he contado a Mariangel! ¡Mierda, tia! ¿No puedes ser más discreta?

— ¿Usted ha... Escuchado...

— En efecto. Lo he hecho y no sabes lo mucho que me alegra.

Quedo estupefacta, sus labios están sobre los mios, reacciono de lo que está pasando y comienzo a seguirle el paso, me toma de la cintura para apegarme a su candente cuerpo, nuestra lenguas danzan un baile salvaje, nuestros besos sonoros se escuchan en toda la oficina testigo de lo que está sucediendo. Lo hago retroceder hasta que su espalda choca contra la pared. Michael me toma de la cintura y alza para que yo rodee su cadera con mis largas piernas, cambia de posición para que yo recargue mí espalda en el duro concreto. Baja sus besos a mí cuello, chupa, y siento un líquido bajar de mí centro cuando pasa la punta de su lengua por mí tráquea, gimo y el muerde mí piel, siento como su pene se agranda en cada movimiento de sus labios en mí. Retrocede conmigo en brazos y cae al sofá se cuero negro, estoy a horcajadas besando su puto cuello, él suelta un gemido cuando me encuentro moviendo mis caderas encima de su paquete. Desabotona la camisa blanca en mí cuerpo y la tira al suelo, me arrecuesta en el sofá y siento mis senos libres cuando mete su mano por debajo de mí espalda para quitar el broche de mí sosten. Mira mis pechos descubiertos y pasa la lengua por el labio inferior.

— De no ser porque el ascensor estaba a punto de abrirse, hubiese disfrutado de esto mucho antes.

Baja a mis pechos e introduce un pezón a su boca, doy un gemido fundido en deseo, mí pezón derecho está siendo manoseado por su mano mientras el otro succionado por su boca, cambia de pezón y pasa la punta de su lengua alrededor por encima de éste y yo gimo mas fuerte. Su larga mano masajea el otro con dureza ¡Joder! Es el puto rey del sexo, al terminar de torturarme baja a mí abdomen, lame cada parte y llega al cinturón de mí falda, lo quita con rapidez al igual que la prenda de vestir. Sube a mis labios y yo aprovecho para sacarle el saco con su ayuda, desabototono su camisa y toco su abdomen levemente marcado, él mira con fuego en sus ojos. Va de nuevo a mis labios y siento su lengua en cada parte de mí cavidad, quita mí tanga, estoy desnuda ante él. Baja y coloca una de mis piernas en su hombro, introduce sus dedos a mí vagina y yo me arqueo, aferrando las uñas en el caro cuero de su sofá, mueve en círculos, a los lados y saca y mete, sin pudor alguno, sin compasión. Repite el proceso una y otra vez, mi espalda esta a punto de partirse, ya no puedo arquearme más pero ¡Lo necesito! Deja lo que estaba haciendo y siento como algo carnoso y mojado toca mí clítoris ¡Me esta haciendo el sexo oral! ¡Quiere matarme de éxtasis! Masajea con su lengua, de arriba a bajo y de izquierda a derecha, saborea mí zona palpitante. Gimo como una maldita loca, ahora no me importa que se enteren de lo que está sucediendo, y al parecer, a él tampoco. Se aleja de mí vagina y quita su cinturón seguido de su botón, baja el zipper y va hacia mis labios, yo bajo una mano e introdujo a su boxer, muevo mis manos de arriba hacia abajo en su duro tronco, él suelta un gemido entre mí boca. Él sonríe mientras está besandome, aparta mí mano para sacar su amigo y acomodarse entre mis piernas, las abro y siento la necesidad de aruñar su espalda cuando entra en mí con lentitud.  Se mueve con suavidad, sus caderas saben lo que hacen, su velocidad va aumentando en cada embestida, sale y entra cada vez más rápido. Sus caderas aumentan la rapidez, se mueve increíble, yo gimo como gata, sus jadeos en mí oído me estan llevando al clímax, su pene está vibrando, lo puedo sentir, los espasmos comienzan en mis paredes, sus movimientos son fuertes, sus rizos en la frente mojados por el sudor me alteran aún mas la excitación, comienzo a sentir un terremoto en todo mí cuerpo, esta temblando, literal. Él no deja de moverse y cientos de olas llenas de placer, chocan contra mí centro haciendo desbordar el deseo. Siento su líquido mas que caliente quemar mis conductos. Ha tenido su eyaculación y yo he saciado el deseo más grande que he experimentado conseguir.

Editora:

- 1958-Forever

Hasta aquí llega esta pequeña historia, ¿Les gusto? ¿Quieren mas? yo se donde puede leer MUCHAS MAS,novelas Hot,estoy segura que te gustaran,a todas nos gusta imaginarnos al señor Jackson en acción,para mas excitantes historias te recomiendo leer...

- Vida Indecente.

- Cumpliendo Mis Sueños.

- Dangerous For Me. (segunda parte de Cumpliendo mis sueños).

¿Donde las puedes encontrar?

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- 1958-Forever

¡Estoy Segura que te Encantarán!

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