Capítulo 4 - Un nuevo hogar

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Ya que ahora llegan las Navidades he preferido retrasar la fecha límite de votación por ésta vez. Abajo están el link de la encuesta y la fecha y hora límites. ¡Saludos y feliz Navidad!

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No habría podido decir con verdadera certeza si fue la compasión, la curiosidad, la comodidad o el miedo lo que la impulsaron a deshacer el camino que había seguido hasta aquél bosque. Una parte de ella se maldecía a sí misma por no tener la suficiente entereza para marcharse, y otra la premiaba por mostrar aquella faceta madura y serena que le permitía afrontar el futuro que le correspondía por oscuro que pudiera resultarle. Así pues el camino de regreso al coche se le hizo mucho más largo de lo que habría deseado por culpa de la duda que a cada paso la atosigaba, como si una parte de ella sintiera que intentar escapar iba a ser lo último que podría decidir por sí misma.

Cuando visualizó el coche desde lejos fue consciente que había perdido la oportunidad, pues al ver al viejo Jack y a Matthew supo que no podía hacerles eso a ellos; ¿cómo podría vivir con la incertidumbre del castigo que ella les habría buscado?

Resbaló cuando descendía por un estrecho camino pedregoso, y aunque mantuvo el equilibrio en el último momento el ruido alertó a los dos lacayos.

 -Vaya, ya tardabais – apuntó Jack cuando la vio aproximarse.

-Umh…

 Charlotte agachó la cabeza temiendo que las ideas que se le habían pasado por la cabeza acerca de huir se reflejaran en sus ojos. Matthew alzó la vista hacia ella y le dedicó una pequeña sonrisa forzada. Se le veía cansado mientras encajaba la rueda en el eje. La chica no sabía exactamente qué hacer, por lo que se sentó en una roca y se dedicó a mirar la senda que conectaba su antiguo hogar con su próxima parada. Dejó perdida su vista en algún punto fijo intentando divisar alguna figura en el horizonte que la advirtiera de la llegada de Tilman, pero nada se veía y el tiempo avanzaba con rapidez. Temió durante unos instantes el tener que pasar la noche en medio del camino, temor que se disipó con la voz del joven conductor y los bufidos de Jack.

 -Ya está señorita – la sonrisa de Matthew era amplia, mostrándose satisfecho por su trabajo – Puede subir. Estaremos en casa en una hora aproximadamente.

 La idea de que aún quedase aquél tiempo de viaje no le motivó especialmente, pero al menos ahora podría volver a sus sueños y olvidarse de todo lo que sucedía a su alrededor durante aquellos valiosos minutos. Escuchó el relinchar de los caballos al ser espoleados y un amenazador crujido que provenía de la rueda que acababan de cambiar, aunque pronto dejó de sonar y todo pareció ir como debería. Charlotte se giró y lanzó una última mirada a través del espejo trasero y creyó ver una figura oscura, en consonancia con la tenue luminosidad que se filtraba entre las nubes. Entrecerró los ojos esperando ver el rostro de su captor, del hombre que se había hecho con ella con todas las de la ley. Cuando sus ojos se adaptaron, allí donde creyó ver la figura de un hombre sólo vio un viejo roble casi caído, rendido ante el paso de los años, el viento y la lluvia.

Dejando escapar el aire contenido de manera inconsciente Charlotte se giró, se acomodó y cerró los ojos con fuerza, como si aquello fuese a ayudarle a dormir.

 Unos golpecitos en la puerta del carro hicieron que se despertase sobresaltada, y miró a través del cristal para ver a Matthew, y tras él, una gran alhambrada negra que se alzaba imponente hacia el cielo. Cuando el joven le abrió la puerta y la ayudó a descender los escalones del coche, a Charlotte le pareció más impresionante al observarla directamente. Tras ella sólo se veía un sinuoso camino de piedra que con toda certeza la dirigiría hacia la casa de Tilman; su casa. Las frondosas copas de dos enormes abetos le impedían la visión de la casa y de todo lo que pudiese haber antes de ella. Se puso de puntillas y escudriñó para intentar ver algo, algo que sólo tuvo como consecuencia una risa mal disimulada de Matthew y un gesto un tanto más amigable por parte de Jack de todos los que había tenido hasta el momento.

Los caminos de CharlotteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora