Yo me opongo

Capítulo 28-Maratón2/3

—Que exquisito. Nuestras chicas sí que saben cocinar —comenta el único hombre en la casa.

—Sin duda papá —Beca observa a Chloe y le brinda una sonrisa.

El señor Mitchell no necesita que su hija exprese lo que siente por la pelirroja, pues con tan solo una mirada expresa tanto a la vez. Y eso es único, porque cuando su padre va a la ciudad y visita a Beca y Jesse jamás ha visto ese brillo en su mirada.
Ese que representa tanto.

Sheila comienza a levantar los platos pero de inmediato Chloe se ofrece para ayudarle.

—Deja cariño, yo lo hago. Tú puedes ir a descansar —sugiere.

—Si eso haremos. Muchas gracias por la cena. Nos vemos mañana —Beca toma la mano de su ¿amiga? Y la comienza a guiar.

—Buenas noches —se despide la pelirroja siguiendo a la dj.

Suben por la escalera hasta el segundo nivel y entran a la primera puerta a la derecha.

—La habitación de invitados nos pertenece —comenta Beca quien deja las maletas en el suelo y se lanza de espalda a la cama.

—Me daré una ducha —comenta la pelirroja tomando ropa de su maleta.

—Ahí está el baño debe haber una toalla y lo necesario, yo llamaré a Jesse y le explicaré que no podré volver mañana —la castaña se levanta acercándose a ella, toma su rostro entre las manos y acaricia con delicadeza sus mejillas con el pulgar; en verdad le encanta hacerlo antes de besar a Chloe. —Estamos aquí, estoy contigo y necesitas saber que no quiero a nadie más junto a mí. —La besa, asegurándose de saborear muy bien sus labios —Dúchate. Tengo que hacer esa llamada.

La pelirroja asiente y entra al baño. Pero por más que siente una calidez en su pecho, ahora se está arrepintiendo. Y ese es el problema, los pensamientos de Chloe son muy cambiantes; sin embargo ella lo único que desea es no perder a Beca.

El agua de la ducha comienza a caer, la pelirroja se deshace de su ropa y entra. Mientras tanto, Beca está sentada en la cama con el móvil entre sus manos.

—Vamos Beca, hazlo. La perdiste aquella noche, no permitas que se repita. —se dice a sí misma tomando con más fuerza su móvil.

Marca el número de su novio y espera a que atienda.

—Hola amor, ¿Qué tal todo con tu padre? —su voz es tan calmada y sus palabras son alegres.

—Bueno, al parecer esta muy enfermo y como Sheila trabaja, planeaba quedarme unos días hasta que mejore. —ella guarda silencio.

—¿Compraste el vestido? —cuestiona.

—Me encargaré de eso estos días —ella debería dejar de darle falsas esperanzas. —La boda es mejor no llevarla acabo, luego hablamos de ese tema.

—¿Cómo que no llevarla acabo? Te quedarás unos días, cuando se mejore vuelves y nos casamos. —ella pasa la mano por su cabello. ¿De qué forma le puede decir que no quiere seguir con él?

—Lo hablaremos al volver. —Jesse es un buen chico, su único defecto es el mal control de la ira, pero esa no es razón suficiente para herirlo de la forma como lo está haciendo, o al menos eso cree la dj.