Capítulo 2

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Estaba soñando, soñando con aquel hombre de la iglesia que me había disparado, me encontraba en un profundo lo sé porque solo en un sueño profundo puedes imaginar tantas cosas ¿Era producto de mi imaginación o de donde había sacado tantas cosas raras?, sentí que alguien acarició mi rostro, mis visiones se esfumaron, la caricia las interrumpió haciendo me despertar, mis ojos pesaban y mi cuerpo no respondía , al abrir los ojos lo primero que vi fue a Gomez llorando, parecía un niño pequeño a quien habían hecho llorar por horas, su cara hinchada lo delataba.

- Victoria, mi niña; perdóname - me abrazo con tal fuerza que estaba ahogandome.

- Debería soltarla, hará que se ahogue - le dijo alguien detrás de mí, era el hombre de la iglesia.

-Tonta! Como pudiste hacer algo tan irresponsable, ese psicópata pudo haberte disparado - dijo Gomez mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos.

-¿Disparme? - le pregunte desorientada, entonces toque mi pecho como un impulso natural. Recordé lo que hacia allí, el porque estaba soñando cosas extrañas, me dio u fuerte dolor en el pecho, me toque de nuevo: No tenia nada! - ¿Qué sucedió?

-El podrá decirte -señaló al hombre.

De repente me percate donde estaba, aun seguía en los jardines de la iglesia, habían muchas personas registrando todo, lo cadáveres eran trasladados y mis compañeros daban su testimonio.

mire al hombre del arma plateada, Gomez aun seguía en su drama.

-¿Quien eres? - pregunte aterrada mientras intentaba sentarme, estuve a punto de caerme pues estaba en una camilla en la que parecer me colocaron inconsciente.

- Alucard- respondió observándome con curiosidad

Sentí escalofríos, empezaba a recordar muchas cosas, quería respuestas.

-¿Podrías explicarme lo que paso en la iglesia- le dije algo alterada.

-Tranquila - se abalanzo sobre mi y me tomo del hombro- tranquila pequeña, no paso nada de lo que debas preocuparte.

una energía ajena recorrió mi cuerpo y según las personas que estaban presentes; me desmaye de nuevo. A la mañana siguiente desperté en un hospital.

Era medio día, habían flores y globos , inclusive una foto mía junto a Gomez en mi primer día de trabajo, me encontraba analizando el lugar cuando entro la enfermera.

-Buenos días señorita- dijo en cuanto entró, despues vio el reloj que estaba colgado en la pared de la habitación - Disculpe, ya es tarde.

-Enfermera - la interrumpi rápidamente - ¿Porque estoy aquí?

Sonrió ligeramente mientras reponia mi suero.

-Señorita, usted tiene costillas rotas, sin mencionar que un hombre la golpeó hasta dejarla incosiente- apunto algo en una tabla que estaba frente a mi cama - si me disculpa, debo ir por más suero.

Después de unos minutos entro Gomez.

-Victoria! -se acercó hasta mi cama, parecía mi padre.

- Comandante, explícame lo que paso- le dije algo alterada.

- Por donde empiezo ,ummm - tomó un banco y se sentó a mi lado - El sacerdote era un completo psicópata, mató a dos de nuestros compañeros y explotó una granada

- Eso ya lo sé - le interrumpi molesta - Dígame que paso en la iglesia.

-Tranquila- Entonces se puso serio- Entraste para capturar al responsable que resultó ser el sacerdote, intentaste disparar le, pero el te golpeó y te aventó por una ventana de la iglesia, te desmayaste, pero gracias a eso, le diste tiempo al general Alucard que pudo entrar y detenerlo,desgraciadamente el muy maldito prefirió quitarse la vida a ir preso.

Me quede callada, preferi no hablar, sabía que eso era mentira, sabía que yo había muerto.

-¿Estas bien? - me dijo Gomez algo preocupado.

-Si lo estaré.

-Confío en que si, ahora debo regresar al trabajo, sabes que Anita no puede sola,por cierto ¿Cuando se te quitaran esos ojos rojos?

-¿ojos rojos? - le dije algo despistada..

-Debe ser por el accidente, Bueno me voy, regresare al rato- se despidió y salio de la habitación.

Regreso la enfermera.

- Disculpe. Necesito un espejo - le comente mientras cambiaba el suero.

- Seguro- me contesto algo sorprendida, entonces busco entre uno de los cajones al lado de mi cama y sacó un espejo de mano.

Cuando me lo entrego pude ver mi rostro, sabía que no podía ser consecuencia de los golpes,pues eran las pupilas las que era de un intenso color rojo.

Observe detenidamente mis ojos, el rojo era hermoso , mis ojos en si eran hermosos, podías compararle con una obra maestra, intente pararme para verme en el espejo del baño pero me fue imposible, el dolor en mi cuerpo era intolerable.
Estaba intentando ponerme de pie cuando entro Alucard a la habitación, el hombre que me había disparado.

-¿Qué estás haciendo pequeña?- llevaba puesto un sombrero negro el cual se quitó.

- Intento pararme - le conteste mientras intentaba mover mi cansado cuerpo

-Déjeme ayudarla- se acercó a mi, para tomarme de un brazo.

-Puedo sola- le arrebate mi brazo, aun tenía dignidad.

-Déjeme hacerlo, después de todo usted esta muerta por mi culpa - de nuevo tomó mi brazo, pero estaba vez no pude contestar.

Me quede helada, comenze a temblar ; el tenía razón: Yo estaba muerta.

*Victoria en Multimedia

Vínculo de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora