En la mañana siguiente me despertaron sus lentos movimientos tratando de levantarse.
-Hm-frunzo ceño aun con los ojos cerrados-cinco minutos mas-digo cerca de su nuca.
-No-me respondió con una pequeña risita-ya son las nueve de la mañana Alex, y no estoy acostumbrada a desayunar más tarde ¿o quieres escuchar mis estomago rugir como un león?-preguntó mientras se volteaba hacia mí con una tierna sonrisa.
-¿Tan mal se oye?-le pregunto yo riéndome, abriendo por completo los ojos.
-Si-hace una cara de preocupación muy graciosa en ella.
-Okey okey vamos Any
-¿Any?-pregunta sonriendo
-Si así es querida Any-le respondo con una gran sonrisa-desde ahora te diré así.
-¿Okey?-dice mientras ríe-bueno por lo menos ya no es Ana
-¿Y Ana que tiene de malo? Es lindo nombre
-Cierto pero no me gusta mucho “querido Alex”
-Okey ya vamos a desayunar antes de que tu estomago y el mío rugan como leones.
Nos levantamos y vamos a la cocina, pero si hasta parece que estamos casados... ag. Mejor no pienso en eso.
Ella todavía estaba con su pijama puesta, la verdad se veía muy sexy y yo no dejaba de ver sus piernas.
-¿Quieres dejar de verme así? Me pones nerviosa-suelta una risita
-¿Qué? Oh si lo siento-empiezo a reír- esto es tu culpa por ser tan sexy-digo mientras sonrió levantando la cabeza
-me avienta una bolita de masa para hot cakes ¿creo?-no digas tonterías-dice mientras se sonroja.
-Con que una bolita de masa eh-digo mientras sonrió malvadamente-entonces supongo que esta es la guerra querida Any-corro atrás de ella, mientras que ella suelta sonoras carcajadas.
Cuando por fin la atrapo, la beso.
-Esto te va a costar caro Any
-¿Ah sí?-dice divertida-¿Y qué me harás?
-Esto-como aprovecho que seguimos en la cocina tomo un poco de harina y se la embarro con mis dedos por sus cachetes y frente.
-¡Alex!-me grita cuando acabo de echarle la harina
-¿Dime Any?-pregunto divertido
-¿Quieras jugar sucio entonces?-dice sonriendo malévola oh-oh mejor corro
Genial ahora yo huyo de ella que me persigue aventándome bolitas de masa y harina mientras sonríe, bueno por lo menos ella también está llena de harina.
-¡Anabel ayúdame! Me lastime...-le grito mientras hago como que me desmayo.
-¡Alex!-la escucho que viene corriendo hasta mi-estas bi...
No la dejo terminar la palabra ya que cuando se acerca la pongo encima de mí y la beso.
-Ahora estoy bien querida Any
-Joder Alex, me habías asustado
-¿Joder? ¿Desde cuándo dices joder, o más bien desde cuando usas groserías españolas?-le pregunto enarcando una ceja
-No sé, supongo que se oyen mejor o que suena sofisticado-se encoje de hombros
-Okey señorita sofisticada su estomago esta rugiendo por el hambre así que anda vamos, te ayudare a terminar el desayuno.
Mientras preparaba el desayuno con Anabel, no podía sentirme más feliz, hace tiempo que no me sentía así.
Cuando estuvo listo el desayuno comimos en silencio lanzándonos miradas mientras sonreíamos.
El resto del día Anabel se fue a no sé dónde y volvió hasta la noche, yo quería ir a buscarla pero ella me dijo que iba a tomar aire.
Así que yo me la pase oyendo música.
Cuando dieron las nueve de la noche y Anabel no llegaba me preocupe, justo iba a salir a buscarla cuando veo que entra medio cayéndose y con las pupilas dilatadas.
-¿¡¿Anabel se puede saber que mierda consumiste?!?-le grito enojado aun mientras la tomo de los codos para que no se caiga.
-Sh cállate Alex-me dice tratando de hablar, ya que ni eso puede hacer de la risa que trae, obviamente fumo marihuana.
-Mira, si queremos que esto funcione debes dejar las drogas, y ahora ven conmigo
-¿Qué? ¿Dejarlas? ¿Por qué? Y ¿A dónde me quieres llevar Alex?-esta última pregunta la dice echándome una mirada provocativa, pero para nada pienso en eso, claro que no pienso en eso.
La cargo como si fuera un costal de papas y la llevo al lago, me aviento junto con ella, aun con la ropa puesta.
-¡Alex!-chilla Anabel, tenía que hacerlo no importaba cómo pero esa fue la única manera que se me ocurrió para medio bajarle lo drogada.
-Tenía que hacerlo, dime te dije que empezaríamos de cero, ¿porque me haces esto?-sentía un dolor muy grande en el pecho
-Es que ya soy una adicta Alex-responde llorando mientras esconde su cara en mi pecho-no es fácil dejarlo.
-Okey, como no podemos ir a llevarte a un centro por muchas razones, la dejaras poco a poco hasta que ya no la consumas ¿de acuerdo?
Apenas y alcance a escuchar un sí de su parte.
La saque del agua y la lleve en brazos a la cabaña y ella como pudo se cambio, yo igual lo hice, pero dormí con ella.
-Lo siento, lo siento tanto, Anabel ¿Cómo pudiste ser tan estúpida? Perdón Alex-la escuche decir en susurros, yo trate de hacerme el dormido y la abrace mas y solo dije en voz baja
-No importa Any, descansa.
Entonces me venció el sueño y me dormí profundamente.
