Hace una hora fui y deje a Angie a su casa, desgraciadamente no vi a su madre.
En estos momentos son las seis de la tarde y estoy encerrado en mi cuarto oyendo música bajito y reflexiono de todo lo que sucedió este día.
Y lo del beso no debió pasar, hace dos días no eh ido a mi trabajo y en la universidad está más que claro que ya no volveré. Además mi prima y su amiga Lily... ojala y ya no vuelvan pero lo dudo mucho, aparte ¿por qué demonios revisaron mis cosas? O más bien ¿Qué querían encontrar? Creo que de solo pensar en ellas me dan dolor de cabeza que horror.
Así que me pongo tenis y mi sudadera gris, tomo el audi y me dirijo a mi trabajo haber si es que todavía tengo.
Al llegar entro rápidamente a la oficina de mi jefe y ¡Sorpresa! Aun tengo mi trabajo, fue muy comprensible ya que me dio hasta el otro lunes para ir a trabajar ya que (obviamente) se entero de que yo era novio de la chica que murió (Anabel) y pues dijo que sabía lo que era perder a alguien que amas y me dio esta semana libre. Pues por mi está bien.
Ahora de regreso a mi casa.
Al llegar me doy cuenta de que mi madre ya está en casa.
-Hola madre-me acerco y le doy un beso en la mejilla
-Hola-contesta cansada y fingiendo una sonrisa
-¿Conseguiste siempre el trabajo?
-Eh no
-Bueno yo aún conservo el mío así que despreocúpate unos días ya iré a trabajar el lunes, me quedan cinco días de descanso-le guiño un ojo
Le doy otro beso en la mejilla y subo a mi habitación.
Ya son las siete de la noche. Me cambio de ropa y me acuesto a dormir.
-Alex-miro a Anabel vestida de blanco extendiéndome los brazos con una sonrisa-ven
Me acerco hacia ella, me doy cuenta que todo a mi alrededor es blanco, yo ando con una túnica blanca y descalzo.
-Alex acércate, vamos, camina más rápido-me apresura volteando a todos lados-corre queda poco tiempo.
-Ya voy Anabel espera.
Empiezo a correr lo más rápido que puedo, pero entre mas corro mas se aleja Anabel; la desesperación me inunda y me detengo por falta de aire.
-Alex, amor ven conmigo
Volteo hacia atrás siguiendo a la voz que dijo eso y veo que es Charlotte vestida de blanco
-¿Eh?-digo sin entender nada
-Vete perra él es mío-dice Anabel que esta frente a mí, suelta un gruñido
Charlotte empieza a carcajearse fuertemente
-Ya quisieras drogadicta-ahora la que habla es Charlotte mientras mira a Anabel sonriendo y lanzándole dagas con la mirada.
-¡BASTA!-grito dirigiéndome a ambas-¿Me pueden explicar que pasa aquí?
-Estas en el cuarto blanco; aquí es a donde nos dirigimos todos los muertos...
-¡ESTOY MUERTO!-vuelvo a gritar más fuerte y frustrado me jalo el cabello mientras me pongo en cuclillas
-No-dicen al mismo tiempo.
-Estas aquí por que nosotras lo quisimos, estamos muertas y no estamos en paz, ambas tenemos un propósito: Tú, pero esta perra-apunta a Anabel- me quiere arrebatar lo que más quiero, ósea tú.
-No entiendo nada-digo alzando la vista-tu-apunto a Charlotte-tenía la esperanza de que estuvieras viva y tu-apunto a Anabel ahora-no entiendo cómo te hallo Rogelio... bueno si, pero no sé por qué demonios me hiciste lo que te pedí que no hicieras.
-Alex quizá ahora no lo entiendas pero veras que todo se solucionara pronto, solo es cuestión de unas semanas y...
-¡NO!-me levanto gritando y sudando frio.
No sé qué fue todo esto pero tratare de dormir aunque será difícil.
Estoy muy confundido, no entiendo nada, no comprendo que quiere decir este sueño, ¿todo esto es real? Genial son las tres de la mañana y yo aquí despierto. Sé que ya no dormiré así que me pongo mis audífonos y oigo música, ya mañana iré con un sacerdote, se que desde hace años deje de ir a misa y desconecte de Dios por completo pero quiero respuestas a este sueño y nadie mejor que el Padre Cesar.